UNA SERIE RECOMENDADA

'Young Sheldon': todo un descubrimiento

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero con 'Young Sheldon' se equivocaban.

Por Maribel Baena 24 de Noviembre 2017 | 13:58

Cuando se anunció 'Young Sheldon', he de admitir que me mostré muy escéptica al respecto. En las últimas temporadas de 'The Big Bang Theory' vi una caída en picado (aunque he de admitir que en esta última he visto todo lo contrario), y temí que este spin off fuera otra forma de ganar dinero. Además, le tengo mucho cariño al personaje de Sheldon Cooper, como he de suponer que nos pasa a casi todos los que hemos seguido la serie.

Sheldon se caracteriza por dos cosas, principalmente: su inteligencia y su incapacidad de relacionarse de forma fluida con su entorno. Y remarquemos lo de 'de forma fluida', porque si bien es capaz de mantener relaciones de todo tipo, terminar de comprender los matices de estas le resulta más complicado que a sus amigos, por ejemplo. Esas son las bases del personaje, a las que habría que sumarle otras tantas características: alta autoestima, dulzura, incapacidad para captar la ironía, muchas fobias...

Teniendo en cuenta que estábamos hablando de un personaje tan complejo, temí que un Sheldon de nueve años fuera incapaz de mostrarnos esa complejidad. Pensé que, por ser tan joven, seguramente perdería muchos de los matices que sí que tendría de adulto y que, por tanto, no sentiría ningún tipo de familiaridad con ese joven Sheldon. Pero me equivoqué.

No se juzga a un libro por su portada, ni a un spin off por su serie original

Admito mi error sin ningún tipo de remordimiento: juzgué esta precuela basándome en su serie original, y creí que 'Young Sheldon' apenas aportaría nada a mi vida. ¡Pero me equivoqué! Ha resultado ser, por ahora, una serie divertida, bonita, entrañable, y, sobre todo, bien enlazada con 'The Big Bang Theory'.

Hemos de ser, ante todo, realistas. No podemos pedirle a una serie como 'Young Sheldon' que nos enseñe grandes lecciones, o que nos mantenga en vilo, como si podríamos pedirle a series mucho más complejas. Porque, a fin de cuentas, seguimos hablando de una sitcom, o una comedia de situación, donde lo que se busca es entretener al espectador. Además, los episodios son de tan solo veinte minutos, algo que también es indicativo; en veinte minutos no podremos ver tramas extremadamente enrevesadas, con finales que nos dejen con la boca abierta. Son episodios resolutivos, que tienen un inicio, un nudo y un desenlace, y aunque sí que siguen una línea temporal, es fácil ver cualquier episodio suelto y no sentirse perdido.

Sabiendo a qué nos atenemos a la hora de juzgarla, lo cierto es que 'Young Sheldon' está demostrando ser mucho más prolífica de lo que hubiéramos imaginado. Tiene momentos que realmente deberían guardarse para la posteridad, es muy tierno ver al pequeño Sheldon desenvolverse con estudiantes de instituto teniendo solo nueve años, y nos permite mirar a este mítico personaje de otra forma. Con lo cual, ¡una serie cien por cien recomendable!