El 21 de Marzo 2018 | 09:01
Cuando hablamos de casos como el del 'Caso Weinstein', solemos creer (erróneamente) que el acoso sexual que sufren las actrices es algo que solo sucede en Hollywood. Y nada más lejos de la verdad. Ya en su momento, muchas actrices españolas hablaron de situaciones que habían vivido en primera persona, de experiencias que se parecían mucho al acoso sexual que en su momento destaparon las víctimas del caso Weinstein. Pero lo que la actriz Úrsula Corberó ha relatado hace poco, también se puede considerar acoso sexual, aunque sea de otra forma totalmente diferente.
Ella misma ha contado la situación tan surrealista que tuvo que vivir hace unos días. Corberó iba paseando por la calle este pasado lunes cuando, de repente, un hombre la paró para pedirle una fotografía. Hasta aquí, no es nada especialmente extraño: ella misma está acostumbrada a que la paren por la calle para pedirle fotografías, así que ni siquiera se lo pensó dos veces, y le dijo que sí. Lo que no se esperaba es que, al desbloquear la pantalla de su móvil, el hombre le iba a mostrar una foto de su "rabo".
Esto también es acoso sexual
"Un señor me ha pedido una foto y cuando ha desbloqueado el móvil ha aparecido un rabo que ocupaba toda la pantalla. Acto seguido me ha dicho: es que es el día del padre. Estoy en shock", escribió la joven. Podemos sobreentender, a partir de este mensaje, que el hombre había preparado la fotografía para que lo primero que la actriz viera al desbloquear él su teléfono móvil fueran sus genitales. El hecho de que se justifique diciendo que es el día del padre deja poco espacio para la duda.
Esto que ha vivido la actriz también es acoso sexual. Porque que una persona te muestre sus genitales sin que tú hayas dado tu consentimiento previo es acoso; y el hecho de que lo haga de una forma tan rebuscada, que prepare su móvil para hacerlo, es igual de incómodo que si lo hubiera hecho físicamente, bajándose los pantalones. Es más: deja entrever una alevosía que quizás pudiéramos pasar por alto en el caso de que se hubiera bajado los pantalones; esto estaba preparado, y es algo que había pensado antes de hacerlo. No es un "arrebato", pese a que esto tampoco sería justificación.
Un señor me ha pedido una foto y cuando ha desbloqueado el móvil ha aparecido un rabo que ocupaba toda la pantalla. Acto seguido me ha dicho: es que es el día del padre.
— Úrsula Corberó (@ursulolita) 19 de marzo de 2018
Estoy en shock.
Obligar a alguien a ver tus genitales es abusivo, y, en este caso, nos habla de unas relaciones de poder estructurales que no podemos obviar. Porque el acosador es un hombre, mientras que la mujer es una víctima. No es un caso aislado, sino algo que se repite diariamente; el recibir una foto de los genitales de otra persona sin haberla pedido es el pan de cada día para muchas mujeres en las redes sociales. La excitación que esos hombres sienten al mostrar su "rabo", como diría Úrsula Corberó, proviene de la sensación de poder que tienen en el momento en el que obligan a alguien a verlo. Saben a la perfección que esto no les servirá para ligar, puesto que el rechazo que la mujer sentirá será instantáneo; no obstante, continúan haciéndolo. Porque lo que les excita es obligarlas a ver algo que no querían ver, ese sentimiento de poder que les llena cuando hacen algo así.
Por suerte, cada vez más son las mujeres que, lejos de callarse estas situaciones, deciden contarlas y hacerlas públicas. No solo para advertir al resto de mujeres, sino también para avergonzar a los acosadores y para mostrar que ellas no tienen nada que esconder, puesto que no son ellas las que han cometido un delito y han atentado contra la libertad de otra persona.