El 5 de Julio 2017 | 14:09
Hace apenas unos días, comenté por qué 'To the Bone' podía llegar a ser perjudicial para el público en general, y para las personas con algún tipo de TCA en particular. No quise adentrarme mucho en la trama en sí puesto que es algo que todavía desconocemos realmente, pero sí que quise hacer hincapié en lo negativo que podría haber sido para la actriz representar ese papel. Porque Lily Collins sufrió anorexia y, como todo paciente (recuperado o no) de un TCA, tiene unas probabilidades muy altas de volver a obsesionarse con su cuerpo de nuevo.
En su momento, y cuando expuse mi teoría, hubo quien señaló que la propia actriz había declarado que todo el peso perdido había sido bajo control médico, que se había sentido apoyada por todo el equipo de trabajadores y que no sentía haber corrido ningún riesgo real. Sin entrar en que todo esto no es necesario (porque, como ya dije, padecer anorexia no implica estar necesariamente en bajo peso), cuando hablamos de una "pérdida de peso controlada" en una persona que, de por sí, ya tenía un peso bajo, deberíamos ya comenzar a preocuparnos. Porque por mucho control que haya, estamos poniendo en riesgo su salud. Si entendemos que un peso excesivamente algo es poco saludable, ¿por qué no entendemos que sucede exactamente lo mismo con un peso excesivamente bajo?
Hasta ahí, nada nuevo. Pero si observáis la fotografía que os acabo de poner, probablemente comprendáis un poco más lo peligroso que es todo este asunto. Lily Collins ha protagonizado ahora la portada de una revista de belleza, precisamente tras haber encarnado el personaje de una chica enferma de anorexia. Sin haber subido de peso, sin que su fisonomía haya cambiado demasiado, y tan solo una semana después de la presentación oficial del tráiler, la joven ya está protagonizando portadas. ¿No es esto, en cierto sentido, una especie de alabanza a la cultura de la delgadez?
Con esta portada, no se está normalizando un cuerpo delgado, sin más. Porque el cuerpo de Collins no es un problema, un cuerpo jamás será un problema; lo negativo es la idea que subyace tras este cuerpo, tras la presentación de una película. Se está normalizando un cuerpo que hace apenas unos días se ha vendido como enfermo; y no solo se está normalizando, sino que, además, se está idealizando. Se está poniendo como el cuerpo que todas las mujeres deberían tener; porque no nos engañemos, solo los cuerpos de revista (y los que se parecen mucho a estos) están aceptados socialmente. Las revistas, el cine y la televisión tiene un factor socializador muy importante en este aspecto, y esta nueva portada viene a demostrarnos que este factor puede llegar a ser muy tóxico.
Se han romantizado las enfermedades mentales y, además, ahora se está alabando públicamente un cuerpo que, hace nada, nos señalaban como síntoma de una enfermedad. De nuevo, volvemos a la cultura de la delgadez, a la imposición de unos cánones sociales que acaban afectando a muchas más jóvenes de las que podemos siquiera imaginar. Sabiendo ya el poder que tienen estos medios sociales, ¿no deberíamos ser un poco responsables y tratar de ser coherentes con lo que hacemos? ¿No deberíamos exigir responsabilidad también a todos aquellos que deciden el contenido de estos medios?