La segunda temporada de 'Stranger Things' ha sido todo un éxito, y con razón. Porque ha tomado todo lo bueno de la primera y lo ha mejorado aún más, si es que eso era siquiera posible, dejándonos grandes momentos y, sobre todo, grandes personajes.
Precisamente de eso vengo a hablaros hoy. De uno de los protagonistas que, pese a no ser principal, ha conseguido ganarse todo nuestro amor; y eso que en la primera temporada no logró transmitirnos nada. Mas su cambio ha sido lo suficientemente notable como para que nos replanteemos su posición en nuestro propio ránking de 'Los mejores de Stranger Things'. Estoy hablando de Steve Harrington, interpretado por Joe Keery. Aviso: a partir de aquí, os vais a encontrar con spoilers de la segunda temporada, ¡así que andad con cuidado si no la habéis visto!
Steve, al principio de la serie, no era más que el típico adolescente adinerado que ignora abiertamente a la chica que va detrás de él. Su ego era más grande que cualquier Demogorgon, y Nancy le importaba más bien poco (por no decir nada); lo único relevante era su pelo, y que este estuviera siempre perfecto. ¿Cómo nos iba a gustar un personaje tan plano, que transmitía tan poco? ¡Imposible!
Pero se ve que lo de enfrentarse a monstruos de otra dimensión, y lo de enamorarse, le hicieron bastante bien. Cuando finalizó la primera temporada, era casi una persona aceptable. Pero es que esta segunda temporada ha conseguido ganarse nuestros corazones (o, al menos, el mío). Ha demostrado que debajo de ese pelo perfecto hay un chico de un corazón enorme.
Ganador absoluto de la segunda temporada
Comparar a Steve con Once sería totalmente injusto, así como compararle con Mike o con Dustin, puesto que él no es un personaje principal, sino secundario. Tengamos esto siempre en cuenta, y prosigamos.
A lo largo de esta segunda temporada, Steve ha demostrado que de los problemas se aprende. No solo comprende rápidamente que su relación con Nancy no va a poder ir a ningún sitio, sino que parece aceptarlo de la mejor forma posible. Él sabe que su relación está tocada porque Nancy se siente culpable de no haber evitado la muerte de su amiga Barb por haber estado con él; por otro lado, ella se ha enamorado de Jonathan, y eso es algo que nadie puede cambiar.
Justo en el momento clave de la serie, cuando Nancy debe demostrar a Jonathan que estará con él para siempre, ella duda. Porque no quiere que Mike y los demás chicos se queden solos, siente que es su responsabilidad... Pero Steve, nuestro Steve, sale al rescate. "Puede que sea un novio de mierda, pero soy un buen canguro", explicó, y así nos ganó a todos. Porque no solo aceptó que su relación había muerto, sino que también aceptó su culpabilidad y, para más inri, ayudó a Nancy cuando ella le necesitaba.
Aunque sus bondades van mucho más allá de Nancy. Y es que, de verdad, ha demostrado ser un excelente canguro. Ha demostrado ser capaz de acabar con monstruos (humanos y no humanos), de dejarse golpear, de acudir a misiones suicidas... Todo por asegurarse de que los más jóvenes de Hawkins estén a salvo. Es un auténtico héroe, de los que ya no quedan, porque realmente se ofreció como cebo sin dudarlo.
Mas, personalmente, me quedo con esta escena. Justo con esta. Cuando ayuda a Dustin a peinarse para "conquistar a las chicas", cuando le sube el autoestima, cuando le lleva en coche a la fiesta para que se sienta más tranquilo... ¡Y es que se convierte en su hermano mayor! Esta dulzura, esta preocupación por alguien a quien no conoce tanto, es la forma más bonita de descubrir el enorme corazón que tiene Steve.
Esperemos que en la tercera temporada nos siga dando muchos más momentos así, porque, desde luego, ha sido un placer enorme disfrutar de él en esta segunda temporada.