La última temporada de 'Juego de Tronos' sólo puede prometer una cosa: muertes. Muchas muertes. Nada más es seguro, ni siquiera el plot armor de Daenerys o de Tyrion. Se acerca el gran final de una de las series con más audiencia de la historia, y los showrunners saben lo que queremos. Y van a dárnoslo.
Sophie Turner, que interpreta a Sansa Stark —uno de los pocos personajes principales que sigue con vida, y ojalá siga siendo así cuando termine 'Juego de Tronos'— ha ido todavía más lejos y ha prometido que la octava temporada tendrá "más muerte que todos los años anteriores juntos". Lo cual suena genial.
"Puedo deciros que, definitivamente, va a reunirse mucha gente," ha dicho la actriz durante una entrevista con Gold Derby. "Todo el mundo se está juntando para luchar contra el destino inminente. Hay mucha tensión entre estos pequeños grupos, luchando por lo que creen que es correcto. Es 'Juego de Tronos', así que va a ser más sangriento y con más muerte y más tortura emocional que todos los años anteriores juntos."
La guerrera inesperada
El personaje de Sansa es uno de los que más ha evolucionado desde el inicio de la serie (y de los libros), para gran ilusión de Turner, que comenta lo siguiente de ella:
"Siempre he visto algo de guerrera en Sansa que no creo que otras personas vieran realmente. Siempre he tenido la sensación de que ella estaba aprendiendo y adaptándose y, en un momento u otro, iba a manifestarlo de alguna forma, y lo ha manifestado en ser una guerrera. Fue realmente satisfactorio cuando ocurrió, y estoy muy contenta de cómo esa historia suya ha terminado."
Aunque eso último suena de una forma terrible a despedida, esperemos que no sea el caso. Sansa es un auténtico icono feminista dentro de 'Juego de Tronos', y volveremos a verla en algún momento del año que viene con el final de la serie.