En las últimas horas un hacker amenazaba a Netflix con publicar los primeros diez capítulos de la próxima temporada de 'Orange is the new black', prevista para este verano, si no se atendían sus peticiones, que pasaban por recibir una cuantía económica para evitar la filtración de estos nuevos episodios. La compañía no ha cedido a su chantaje y finalmente los capítulos se han filtrado a la red, pero no contento con esta acción, el grupo de hackers, que se hacen llamar "el señor oscuro", ha publicado a través de una cuenta en Twitter que el servicio bajo demanda no será el único que sufrirá su acción, dejando ver que tiene a las cadenas de televisión como FOX o ABC en mente para su próximo ataque.
No olvida a Netflix
Una vez publicados los capítulos de la serie parecía que iba a dejar de intentar chantajear al servicio, que este mes anunciaba la producción de nuevo contenido en Europa, pero nada más lejos de la realidad. Tras avisar al resto de cadenas de sus intenciones ha vuelto a centrarse en la compañía estadounidense, asegurando que perderán mucho dinero si no se atienden sus exigencias.
"¿Quién será el siguiente en la lista? FOX, IFC, NAT GEO y ABC, Oh, va a ser muy divertido. Ya no estamos jugando", aseguran en la mencionada cuenta de Twitter, por lo que se especula que todo el material en propiedad de dicho grupo puede corresponder al ataque que sufrió el estudio Larson en 2016.
Es a través de esta misma cuenta donde se ha dejado patente el nuevo aviso a Netflix. "No tenía porque ser así, Netflix. Vais a perder mucho más dinero del que pedíamos en nuestra modesta oferta. Estamos muy avergonzados de respirar el mismo aire que vosotros. Pensábamos que como negociantes pragmáticos que sois entenderíais los beneficios de cooperar con una entidad razonable y misericordiosa como la nuestra. Y a los demás: todavía hay tiempo para salvarse. Nuestras ofertas todavía están en la mesa", aseguran en su mensaje al servicio, que ya anunció que tomaría medida legales en un comunicado donde también se muestran preocupados por la posibilidad de que la seguridad de un servicio que utilizan las mayores compañías televisivas esté en entredicho.