El 8 de Septiembre 2018 | 12:41
Rusia ha vuelto a encontrar otro enemigo de sus jóvenes más allá de los videojuegos y las aplicaciones sociales. El anime es otro elemento externo que, según algunos organismos del país, promueve el suicidio y la homosexualidad entre la población más joven y por eso quieren tomar medidas para regularlo y conseguir que las conductas e ideales que, supuestamente, transmiten, no lleguen a las mentes débiles de sus ciudadanos más influenciables.
¿Locura o realidad?
Que Rusia parece tener un problema con todo lo que viene de fuera es un hecho más que contrastado. El país gobernado por Vladimir Putin ve conspiraciones por todos lados y ahora le ha tocado a la industria de animación japonesa sufrir los delirios conspiratorios de algunos organismos del país del este. Así, el Centro de Protección Infantil contra el Maltrato Online ha emprendido una campaña para limitar el acceso a anime de la población más joven porque creen que su contenido promueve conductas como el suicidio y condiciones como la homosexualidad.
En una entrevista para el Moscow Time, representantes de esta organización han dejado clara cuál es su postura con respecto a la producción japonesa. Reconocen que hacen un trabajo de calidad, pero que las escenas que muestran incitan a los adolescentes que consumen series animadas a hacer lo que ven en sus producciones favoritas. Yelena Ivanova, miembro de este centro, cree que son una mala influencia y que puede llegar a ser un riesgo para los adolescentes, ya que ven personajes de su edad en la serie que "son homosexuales, fuman, beben y hasta se cortan las venas".
Vladimir Rogov, jefe de este organismo, ha contado al medio citado que están planteándose medidas de restricción a ciertos grupos de población para evitar problemas futuros. Quieren, indica, "poner a la cultura del anime en Rusia en el lugar que le corresponde".