Un año más, 'BoJack Horseman' regresa a nuestras pantallas para hacernos reír, llorar y pensar con doce nuevos episodios. Pero esta quinta temporada, junto con unas reflexiones sobre feminismo más duras que nunca y mucha visibilidad sobre acoso, relaciones tóxicas y asexualidad, la serie se ha mojado y ha sorprendido con una metacrítica de lo más interesante: no utilicéis a 'BoJack' de escudo.
Sutil, pero efectiva. Los toques de atención a la audiencia no son nada raro en una obra, ni tampoco el reírse de uno mismo. Esta quinta temporada, en mi opinión, roza la excelencia haciendo ambas cosas mediante 'Philbert', la serie de detectives que protagoniza BoJack que, a pesar de tener la edición y aprobación de Diane, una feminista, se convierte en algo nocivo por culpa de cómo reacciona la audiencia.
¿Os suena de algo?
Philbert, nuestro Bojack
'Philbert' representa para los personajes de 'BoJack' lo que la serie para nosotros, pero no nos damos cuenta hasta bien avanzada la temporada. Es en la noche de la premiere cuando eso ocurre, cuando BoJack comenta lo mucho que agradece los conflictos de Philbert porque le hace comprender que "todos somos horribles". En consecuencia, quita gravedad a todas sus malas acciones, porque 'Philbert' le ha enseñado que el mundo también es malo y no pasa nada.
Diane, afectada por esa interpretación, expresa luego lo siguiente:
"No sabía que me sentiría así al escuchar a la gente vitorear como si de un héroe se tratara a Philbert. [...] Cuando empecé en esto quería hacer a Philbert más polifacético para que todos pudieran identificarse con él. [...] Lo he hecho más vulnerable, y eso lo ha hecho más adorable, lo cual supone que es mejor como serie. Pero si Philbert es sólo un medio para ayudar a que los gilip*llas relativicen sus detestables actos, lo siento, pero no podemos emitirlo."
Como alguien que acaba de hacer maratón de todo 'BoJack Horseman' en apenas una semana (y que ahora sufre las consecuencias), no he podido evitar sentir esas palabras como una bofetada. Y es que, como nos habrá pasado a todos, a lo largo de la serie iba reconociendo ciertos aspectos desagradables de mí misma en los personajes, y sonreía aliviada porque, al menos, lo que ocurre en la serie es mucho peor. Pero tras este comentario, ¿de verdad debería seguir pensando así o debería esforzarme en cambiar y dejar de excusarme con un "no es tan grave"?
Lo que toda serie busca es que empatices y te sientas identificado con sus personajes. Que influyan en tu vida. De lo contrario, nadie la vería. Pero no es lo mismo empatizar con BoJack, Diane, Princess Carolyn o el Señor Peanutbutter que utilizarlos como excusa para defender tus comportamientos más tóxicos, ya sea porque "ese personaje lo hace y es divertido" o porque "la serie lo exagera, lo mío no es para tanto".
Porque parecerá ridículo, pero eso es algo que ocurre mucho.
Momento de reflexión
'BoJack Horseman' es una serie cínica, con un protagonista que encarna a la perfección esa intención. Como suele ocurrir con programas como 'Padre de familia', 'South Park', 'Rick y Morty' o incluso 'The Big Bang Theory', el humor satírico y cruel de sus personajes principales tiende a atraer a personas igualmente satíricas y crueles que buscan imitar sus personalidades. 'Rick y Morty', de hecho, es el mejor y más actual ejemplo para entender esta idea. Sólo hay que ver la cantidad de personas que adoptan el comportamiento y las bromas de Rick, o que se las dan de superiores por "entender la serie y su humor", como si los chistes sexistas y racistas requirieran un alto coeficiente intelectual.
Podemos disfrutar de todas esas series sin el menor problema, faltaría más. Que nos gusten no implica que defendamos sus mensajes. Pero hay que tener mucho cuidado con cómo las recibimos, la forma en la que digerimos los episodios y con que nos reflejamos en ellos.
Los guionistas de 'BoJack Horseman' consideran que hay un problema con su audiencia, y por eso han querido dar ese mensaje. Ahora depende de nosotros seguir o no su consejo.