El género de terror es complicado, muy complicado. Porque dar miedo y crear a la vez una historia consistente, sin fallos en el guion y capaz de mantener la intriga es algo que no cualquiera sabe hacer. Crear una película de terror es difícil, pero hacer otro tanto lo mismo con una serie (cuya extensión tiende a ser bastante mayor) lo es todavía más. Es por eso que hay que reconocer el mérito que ha tenido Mike Flanagan a la hora de dirigir 'La maldición de Hill House', la última serie de Netflix.
La ficción se basa en el libro homónimo de Shirley Jackson, una de las escritoras más reconocidas dentro del terror. El libro fue publicado en 1959, y tardó muy poco en convertirse en un best-seller, y en una de las novelas más reputadas de este género. Se esperaban grandes cosas de la serie, pero incluso así esta ha conseguido superar todas las expectativas. Porque lejos de conformarse con los sobresaltos, Flanagan ha sido capaz de crear una atmósfera muy personal, donde se respiraba tensión, angustia y misterio en todo momento.
El problema de esta serie es que ninguna sinopsis es capaz de captar por completo la complejidad de la trama. Podríamos conformarnos con la sinopsis oficial, que reza que un grupo de hermanos volverá a reencontrarse con la casa encantada en la que se criaron. Siendo adultos, habiendo vivido sus vidas (no necesariamente felices), se reencontarán de nuevo bajo su techo para hacer frente a todos los fantasmas que un día les acosaron.
Pero la historia va mucho más allá de una familia que se enfrenta a unos fantasmas, o a una casa maldita. No se parece en absoluto a Amityville, pese a que pueda recordar en la sinopsis. En ningún momento es una serie que pretenda asustar al público a toda costa (aunque asusta, de eso podéis estar seguros), como otras tantas películas o series de terror. 'La maldición de Hill House' cuenta cómo una casa maldita puede romper a una familia, y cómo esta debe luchar para reestructurarse; pero también cuenta cómo las desgracias dentro del núcleo familiar pueden resquebrajarlo por completo, cómo los hijos reaccionan a la muerte de sus padres, y cómo las mentiras lo corrompen todo.
La mejor serie de 2018
Sin querer hacer ningún tipo de spoiler, lo único que puedo aseverar de 'La maldición de Hill House' es que toda la fama que se ha ganado es más que merecida. No solo es la mejor serie de 2018, sino que me atrevería a aventurar que es una de las mejores series de terror que hemos visto en los últimos años, y que veremos en un futuro. El hecho de que sea autoconclusiva, y que no vaya a contar con una segunda temporada, es un punto a favor. Porque la historia comienza y termina, y no hay que esperar más de ella.
El punto fuerte de esta serie son los personajes. Todos tienen su espacio privado, todos tienen sus miedos, sus temores; todos se han sentido acosados por Hill House, pero no han sabido compartirlo con los demás. Porque, ¿cómo explicas que te sientes torturado por una casa? Son personajes profundos, complejos, y eso es algo que el espectador siempre agradece.
Lo que más impresiona, no obstante, es cómo el final se va advirtiendo desde el principio. Pero es imposible (o casi imposible) caer en la cuenta de lo que está pasando hasta que, en el último episodio, todo se desvela. Es una especie de puzle que no se puede resolver por completo hasta que se tiene la última ficha, pese a que todas ellas se van colocando en la mesa desde el primer episodio.
Si aún no habéis visto 'La maldición de Hill House', deberíais correr a hacerlo. Y no temáis si sois demasiado asustadizos, o si el terror no es lo vuestro: hay sobresaltos, y hay tensión, pero la historia es tan fuerte que merece la pena pasar por ellos.