Últimamente, las redes sociales se han llenado de polémica a raíz de las críticas que está recibiendo la reconocida serie 'Friends'. Todos aquellos que tengáis más de veinte años (e incluso muchos que tengáis menos) seguramente conozcáis 'Friends', puesto que es una mítica serie de los años noventa que marcó un antes y un después en la televisión mundial. Fue algo así como el inicio de las sitcoms, una serie que consiguió fans desde prácticamente el primer episodio, y todos muy merecidos. Porque con capítulos de más o menos veinte minutos, consigue hacer reír al espectador, hacer sentir emoción, tristeza en algunas ocasiones, consigue que se empatice rápidamente con (casi) todos los personajes... ¡Realmente, es una gran serie!
Una serie que ahora, tras casi dos décadas, vuelve a estar en la palestra porque se la ha tildado de sexista y homófoba... Porque lo es. Si volvéis a ver algunos de los capítulos, y escucháis según qué comentarios por parte de los protagonistas, os darán ganas de echaros las manos a la cabeza en más de una ocasión. Os lo admite una servidora; estoy volviendo a verla en mis ratos libres (ya la vi en su momento) en Netflix y, aunque es cierto que estoy disfrutando, también es verdad que no soy capaz de dejar de ver sexismo y homofobia en casi cada comentario.
Las críticas que está recibiendo la serie son, pues, más que merecidas. Porque los comentarios sexistas y homófobos están ahí. Ross, por ejemplo, es un machista y un controlador, que no ha sido capaz de superar que su exmujer le dejara por otra mujer; Rachel, por su parte, comienza completamente cumpliendo el rol de género de mujer burguesa, débil y frágil, que está socialmente aceptado (aunque evoluciona mucho a lo largo de las temporadas). Estas críticas no implican que sea una mala serie; en su contexto, continúa siendo una gran serie. Pero tiene defectos, y es admirable que estos sean tenidos en cuenta.
Una mirada crítica
Nuestra generación, la llamada millenials (en la que me incluyo por mi edad) está demostrando ser mucho más crítica en algunos aspectos, sobre todo en aquellos relacionados con la igualdad de género y con el respeto a cualquier identidad sexual. Nos quedan mil aspectos que pulir, desde luego, pero hemos avanzado ligeramente. Y esto tiene más que ver con el hecho de que la sociedad en general sea cada vez más crítica que con el hecho de que nosotros seamos individuos diferentes a los de generaciones pasadas. Es decir, que no es mérito nuestro propio a nivel individual, sino más bien algo colectivo.
Miramos 'Friends' desde otra perspectiva, porque ahora somos conscientes de que reírnos de que Chandler "parezca gay" (algo que se usa en la primera temporada para hacer humor) no es divertido. Porque esas risas son a costa de un colectivo que realmente, a día de hoy, continúa siendo muy atacado socialmente. Sabemos que menospreciar los gustos de Rachel por la ropa o la moda es misógino, porque estamos menospreciando algo que se considera intrínsecamente femenino. Y sabemos que el hecho de que Ross sea tan controlador es sumamente machista y patriarcal, y tiene mucho que ver con todas las inseguridades que siente, así como con la necesidad de remarcar su masculinidad.
Pero que sepamos ver estas cosas no implica, necesariamente, que no seamos capaces de apreciar todos los aspectos positivos que tiene la serie. Personalmente, disfruto mucho con los chascarrillos de Chandler, con la inocencia de Joey, con la dulzura de Phoebe, con la fuerza de Mónica y con el desparpajo de Rachel. Obviamente, todo lo que vemos en esta serie hay que contextualizarlo, y tenemos que saber que se grabó en una época totalmente diferente a la que estamos viviendo; pero eso no implica que debamos justificarlo todo. Podemos criticarlo y, a la vez, enmarcarlo en su contexto social y disfrutar de ello, admitiendo sus errores. Ser auto-críticos con nosotros mismos y nuestros gustos siempre es algo bueno.