El 16 de Noviembre 2017 | 10:21
'American Horror Story' es una de las series más famosas ahora mismo, principalmente porque la temática sobre la que trata cada temporada no suele ser habitual en el mundo de la televisión. Eso hace que la serie en general gane muchos puntos, y todos aquellos que se consideran seguidores lo saben de sobra. Las temporadas son totalmente independientes unas de otras aunque, por supuesto, tienen algunos detalles que acaban uniéndolas y haciendo de la serie al completo un todo.
Pero, además, se ha hecho conocida por el increíble elenco de actores que eligieron y que han ido manteniendo temporada tras temporada, pese a que interpretasen papeles diferentes. Uno de los que se ha mantenido fiel a la serie ha sido el joven Evan Peters. Comenzó interpretando a Tate Langdon y, a partir de ahí, todo fue rodado; Peters demostró ser capaz de meterse en la piel de cualquier personaje, independientemente de las características de este. Aunque su especialidad siempre han sido los asesinos, los dementes y, sobre todo, los dementes con una inteligencia superior a la media.
En esta séptima temporada, que está cerca de acabar, lo ha vuelto a hacer. Con una personalidad y un carisma que ya quisieran para sí muchos de los políticos españoles, Kai Anderson nos ha atraído desde el primer momento. Y no a nivel amoroso, ni a nivel sexual, no. A nivel personal. Es una persona con fuerza, con decisión, capaz de llegarnos. Y eso es gracias a Evan Peters, desde luego.
Un actor de sobresaliente
Si analizamos, temporada tras temporada, cuál ha sido el papel de Peters, descubriremos que siempre ha sido uno parecido, y que siempre ha conseguido darle ese punto. Ha habido temporadas en las que ha perdido protagonismo, cediéndoselo a otros personajes (como, por ejemplo, en la tercera o en la quinta temporada), pero siempre ha continuado demostrando que su labor como actor es impecable.
Centrémonos en esta temporada, de la que ha sido protagonista indiscutible. No solo ha interpretado a Kai Anderson, sino que ha ido haciendo papeles complementarios, dando vida a los distintos hombres que iban apareciendo en los flashback. Y, de no ser porque su cara es inconfundible, hubiera sido extremadamente complicado averiguar que estamos ante el mismo actor. Porque todo era distinto.
Evan Peters consigue dar vida a prácticamente cualquier demente. Habrá quien crea que esto es una forma de encasillarse, pero es lógico que cada actor tenga papeles en los que se sienta más a gusto; todos tenemos trabajos con los que nos sentimos más cómodos, por ejemplo. La capacidad que Peters tiene, la que ha demostrado especialmente esta última temporada, es digna de admiración. Él, junto a Sarah Paulson (pese a sus gritos, capaces de reventar cualquier tímpano), son la auténtica joya de la corona de esta temporada. Y esperemos que en las siguientes podamos continuar disfrutando de los dos.