La privacidad de Telegram ha sido siempre uno de sus puntos fuertes a la hora de recomendarla frente a WhatsApp y otros sistemas de mensajería. O, al menos, lo ha sido hasta ahora. Y es que el Tribunal Supremo de Rusia ha ordenado a la empresa que, de forma inmediata, entregue todas sus claves de cifrado. El motivo: el Gobierno de Vladimir Putin quiere tener acceso a estas claves para poder acceder a cualquier conversación en Telegram.
Para comprender hasta qué punto esto es importante, hay que recordar que Telegram es un servicio de mensajería de origen ruso. Si bien es cierto que está disponible en casi todos los países del mundo, es en Rusia donde cuenta con más usuarios: casi diez millones de personas, para ser más exactos. El hecho de que el Gobierno quiera tener las claves de cifrado pone en entredicho la privacidad de estos diez millones de usuarios.
Según el Gobierno ruso, el tener acceso a estas claves responde más a una cuestión de seguridad nacional que a cualquier otra motivación. No obstante, aquí encontramos el eterno dilema: ¿qué se debe priorizar? ¿La seguridad, o la privacidad? La sociedad se encuentra dividida, y hay quien prefiere que la seguridad mientras que hay quien ve la privacidad como un bien superior.
¿En qué afectará esto a sus usuarios?
Si usáis Telegram, seguramente os estéis preguntando en qué os afectará realmente a vosotros el hecho de que el Gobierno ruso tenga acceso a vuestras conversaciones. Para ser sinceros, lo más habitual es que no os afecte en absoluto, a menos que os importe que haya alguien leyendo lo que escribís. Porque puede que nadie se interese en vuestras conversaciones privadas, pero también podría darse el caso de que fueseis objeto de investigación, pese a no hablar de nada realmente importante.
Hay quien ha llegado a hablar de que esto podría ser el comienzo de la próxima Guerra Fría, que viene cerniéndose sobre nosotros desde que Donald Trump fue elegido presidente. Lo cierto es que si algo nos indica a ciencia cierta es que Vladimir Putin tiene intención de vigilar absolutamente todas las comunicaciones que se den dentro de sus fronteras; su excusa es la protección nacional, por supuesto.
La conclusión ha sido firme: "Telegram debe cumplir la sentencia y entregar a la inteligencia rusa las claves de su cifrado, puede también incumplir la ley y enfrentarse a las consecuencias, o, en todo caso, su última opción pasa por retirar su servicio de Rusia", han explicado desde Android Authority. La pelota está ahora en su tejado, y de ellos depende el decidir qué hacer. Sea cual sea la decisión que tome Telegram, para la empresa será un duro golpe. El abogado de la empresa ya ha señalado que "el argumento de que las claves no pueden ser consideradas información privada defendida por la Constitución es muy astuto", y es que, para él, es como decir que "recibí una contraseña de tu correo electrónico pero no controlo tu correo electrónico, solo tengo la posibilidad de hacerlo".