Desde que se presentó el iPhone X, ha sido un terminal que ha despertado la polémica. No solo porque Apple realmente no consiguió sorprender con sus prestaciones y sus características, sino también porque su precio le pareció desorbitado a muchos de los posibles compradores. Estamos hablando de más de mil euros en un terminal que cuenta con unos competidores bastante interesantes, y cuyo desembolso es considerablemente menor. Pese a todo, la compañía no ha cesado de hacer la mejor publicidad que ha podido; tampoco nos neguemos a lo evidente, y es que el iPhone X es un móvil excelente, sobre todo para aquellos que se consideran seguidores de iOS.
Aquel que quiera optar por un teléfono de gama alta, y que realmente tenga disponibles suficientes, es muy probable que prefiera pagar por un iPhone X que por otro terminal de otra marca. O eso es lo que defendían desde Apple hasta que, por desgracia para ellos, los números no han terminado de darle la razón. Tras el informe de beneficios del primer trimestre de 2018 de Apple, se ha podido comprobar de primera mano que el iPhone X no está dando los beneficios que hubiera cabido esperar.
Solo un 16% de los beneficios totales
En este último trimestre, las ventas del iPhone X solo se han correspondido con un 16% del total de los beneficios de la compañía. Podría parecer suficiente, pero si tenemos en cuenta que el 44% del total fue gracias al iPhone 8 y al iPhone 8 Plus, podremos observar cuál es el problema. Se ha mencionado, además, que tanto el iPhone 7 como el iPhone 6s continúan proporcionando muy buenas ventas a Apple, aunque desde BGR no han dado los datos exactos.
El iPhone X tiene un problema de raíz, y es su precio. Estamos ante un terminal que es de todo menos asequible, y teniendo en cuenta que Apple tiene otros teléfonos cuyo precio es considerablemente menor (aunque tampoco sean lo que se dice asequibles), los compradores prefieren gastar doscientos o trescientos euros menos y tener un smartphone que continúa siendo de gama alta.
Apple pretendía que el iPhone X fuera su producto estrella y, en cierto modo, continúa siéndolo. Es el teléfono que ahora mismo dispone de una mayor publicidad, pese a que eso no se refleje de la forma más efectiva en las ventas. Se continúan comprando modelos de generaciones anteriores, así como modelos de la misma generación pero a un coste más bajo.
Aunque no todo es responsabilidad de Apple y de su elevado precio; el mercado de la telefonía en general está cambiando. El ciclo de reemplazamiento de los teléfonos móviles cada vez es mayor, puesto que los usuarios cada vez se encuentran menos predispuestos a la hora de cambiar de smartphone. Esto ha provocado que la demanda global de teléfonos móviles se vea reducida en un 2%, cifra que pese a no ser grande, sí que es considerable, puesto que estamos hablando de algo que sucede a nivel global.