CÁMARAS EVERYWHERE

China crea su propio Gran Hermano para vigilar a los estudiantes

Las cámaras escanean los rostros de los estudiantes cada 30 segundos y graban constantemente

Por Juan Pedro Prat 29 de Mayo 2018 | 12:09

La sociedad ultramonitorizada ya está llegando a algunos puntos del planeta. China es de esos países que parecen evolucionar a pasos agigantados hacia las películas de ciencia-ficción de Holywood que todos hemos visto y con su última maniobra se acerca aún más a ellas. El gigante asiático ha comenzado a vigilar a sus estudiantes con reconocimiento facial en las aulas para prevenir cualquier tipo de conducta extraña y evitar posibles altercados.

El Gran Hermano constante

China ya está aplicando una vigilancia extrema a todos los ciudadanos de su país. La obsesión del país por mantener el control ha llegado hasta los centros educativos de primaria y secundaria, donde ya se han instalado nuevas cámaras con reconocimiento facial para mantener un mayor control sobre los estudiantes. Estas cámaras realizan un escaneo a los adolescentes cada 30 segundos y graban constantemente lo que ocurre en todas las aulas.

De momento, solo están disponibles en un instituto de secundaria de Hangzhou y su objetivo es usar esta tecnología para realizar un seguimiento de la vida del estudiante. Quieren que todos los accesos se lleve a cabo mediante escaneo facial y así estén perfectamente localizados a cada hora del día, ya sea para entrar en la biblioteca o en el comedor. Estas cámaras son capaces, también, de leer las emociones y las acciones de los alumnos. De este modo, se registran las veces que los alumnos responden en clase o no están atendiendo a lo que el profesor está explicando.

La tecnología de reconocimiento facial está bastante implementada en territorio chino, pero sus primeros resultados no han sido tan buenos como ellos esperaban, ya que un primer barrido ha demostrado que la tasa de aciertos en identificación de delincuentes ha sido bastante baja en comparación con la de errores. Tras la aplicación de esta tecnología en las aulas, han aparecido las primeras voces discordantes que apuntan a una violación de la privacidad del individuo.