El 12 de Junio 2018 | 13:14
Se acerca el verano y, con él, la piscina, el mar, el sol, y los móviles cayendo en los sitios más insospechados. A todos nos ha pasado alguna vez: olvidamos que tenemos el móvil en un bolsillo, o nos acercamos más de la cuenta con él a la piscina y... ¡Al agua! ¿Puede haber un momento más tenso que el coger el móvil de una piscina y esperar a ver si enciende? Personalmente, encuentro pocos en este contexto que puedan llegar a ponerme tan nerviosa.
Es por eso que me ha parecido una buena idea ver cómo se puede salvar un móvil que acaba de caer al agua, y que no tienen ningún tipo de certificación a prueba de esta (es decir, que no tiene la certificación IP67 o la IP68). Antes que nada, es importante hacer una diferenciación: no es lo mismo que un móvil caiga al agua dulce que al agua salada, porque si bien en el primer caso tiene muchas más posibilidades de recuperarse, en el segundo será mucho más complicado. El agua salada puede llegar a corromper rápidamente los circuitos, porque la sal tiende a acumularse en los mismos, así que tened mucho cuidado con el mar. Y, sin más, ¡vamos a ver cómo podemos salvar un móvil que se ha caído a la piscina!
Saca el móvil rápidamente del agua, y sigue estos pasos
Lo primero que debes hacer, y lo más rápido posible, es sacar el móvil del agua; independientemente de si se ha caído a la piscina, al lavabo, o a un barreño de agua, es importante que lo saques. Una vez hecho, tienes dos opciones: si puedes sacarle la batería, hazlo; si no, apágalo. Si está encendido y mojado por dentro, se puede provocar un cortocircuito, con lo cual el móvil no tendría ya remedio. Probablemente en este punto lo primero que se te ocurra es encenderlo para ver si funciona, pero es importante que sigas estos pasos y dejes el encendido para después.
Una vez sacada la batería o apagado el terminal, debes secarlo rápidamente con una toalla. Si no lo secas, o dejas que se seque al aire, podría acabar generándose una corrosión, y esto también dañaría tu smartphone. Tras haberlo secado bien, lo siguiente que tienes que hacer es dejar tu teléfono envuelto en una servilleta de papel y colocarlo en un bol con algún tipo de desecante. El que mejor funciona es el gel de sílice, pero como probablemente no tengas en casa, puedes recurrir a los granos de arroz; gracias a esto, la humedad que pudiera haber en tu móvil se absorberá sin problemas. Déjalo reposar durante más o menos ocho horas, y luego intenta encenderlo. Puede que no siempre funcione, claro, pero quizás tengas suerte.
Hay ciertas cosas que no debes hacer jamás, bajo ningún concepto. Como, por ejemplo, tratar de secar el móvil con un secador; el calor no hará más que dañar los circuitos y los componentes de tu móvil, y acabará siendo peor el remedio que la enfermedad. ¡Y tampoco trates de desinfectarlo sumergiéndolo en alcohol! Por mucho que te preocupe que el sitio al que haya caído, lo único que vas a conseguir es que tu teléfono pierda los adhesivos internos que tiene. Si quieres darle con un algodón por fuera, vale, ¡pero no lo sumerjas!