El 28 de Junio 2018 | 10:14
Hace siete años, en 2011, comenzó la guerra de patentes entre las dos empresas tecnológicas más grandes del mundo: Samsung y Apple. La segunda interpuso una demanda a la primera, puesto que consideró que a la hora de diseñar el Samsung Galaxy S original se habían basado en exceso en el iPhone. "Basar" es, en realidad, un eufemismo que trata de esconder una imitación que se notaba considerablemente. Tanto es así que se dictó que Samsung debería pagar a Apple cerca de mil millones de dólares.
Poco a poco, esta demanda fue a más. Apple presentó nuevas patentes que Samsung aseguraba no haber roto, pero los juicios acababan demostrando cosas totalmente diferentes. La última noticia que hubo a respecto hablaba de una demanda que había aumentado mucho, hasta tal punto que Samsung debía pagar más de quinientos millones de dólares a Apple; una cifra escandalosa, y que se imponía tras haberse incumplido una gran cantidad de patentes.
Se informó, no obstante, de que ambas compañías podían llegar a un acuerdo previo para que Samsung no tuviera que pagar esa cifra; nadie apostó por el entendimiento pero, al parecer, han conseguido hacerlo. Ninguna de las dos empresas ha querido hablar abiertamente de este acuerdo, con lo cual no podremos saber de qué forma se ha terminado saldando la guerra de patentes más larga e importante del mercado. Apple, en mayo, declaró algo que podría darnos algunas pistas al respecto, y fue lo siguiente: "Creemos profundamente en el valor del diseño, y nuestros equipos trabajan de forma incansable para crear productos innovadores que deleiten a nuestros clientes. Este caso siempre ha sido más que dinero. Apple comenzó la revolución de los teléfonos inteligentes con el iPhone, y es un hecho que Samsung copio descaradamente nuestro diseño. Es importante que sigamos protegiendo el trabajo y la innovación de tantas personas en Apple. Agradecemos al jurado su servicio, y nos complace que acepten que Samsung debe pagar por la copia de nuestros productos".
Un acuerdo cuyo final no conoceremos
Ha habido mucha polémica en torno a si Samsung copió o no a Apple, pero todo esto queda ya en el olvido, puesto que la resolución fue bastante clara: Samsung incumplió las patentes de los de Cupertino, y por eso ha sido condenada a pagar. Si se hubiera demostrado que no habían incumplido ninguna patente, la resolución hubiera sido otra completamente diferente.
Esta guerra de patentes hizo que la brecha entre los fanáticos de iOS y los fanáticos de Android aumentara mucho más. Aquellos partidarios de iOS deben estar de enhorabuena, puesto que su punto de vista ha sido corroborado por una jueza llamada Lucy Koh. Aunque han sido las compañías las que más madurez han demostrado, al haber llegado a un acuerdo tras siete años de guerra.