El 5 de Mayo 2016 | 12:10
En octubre de 2011 Level-5 inventó, sin ser consciente de ello, la gallina de los huevos de oro. Me refiero, como no puede ser de otro modo, a 'Yo-kai Watch', una franquicia transmedia con videojuegos, manga, anime y merchandising que actualmente se sitúa entre las más rentables de Japón.
Claramente influenciada por 'GeGeGe no Kitaro' de Shigeru Mizuki, la compañía japonesa nos presentaba la historia de Nathan, un niño normal y corriente que un día, mientras buscaba insectos en el bosque, descubre una máquina de bolas sorpresa - allí conocida como capsule toys o gashapon - que le da como "regalo" la servicial compañía de Whisper, un charlatán yokai que le entrega un reloj para que así pueda ver y hacerse amigo de otros "monstruos" como él.
Los yokai, también conocidos como mononoke, ayakashi o mamono, son criaturas sobrenaturales pertenecientes al folclore tradicional japonés. Dependiendo del tipo de criatura estas pueden ser de personalidad malvada - hacen daño o perjudican al ser humano -, traviesa o simplemente bondadosa - traen fortuna o buen augurio los humanos. Mientras que el contexto de los yokai ha sido utilizado tradicionalmente para crear historias de terror y prevenir a los niños de los peligros de la vida diaria, en las últimas décadas se ha venido ofreciendo otro tipo de historias que muestran el lado más amigable de estas criaturas mitológicas. No solo Shigeru Mizuki convirtió a los yokai en elemento pop con el ya citado manga 'GeGeGe no Kitaro', el propio Hayao Miyazaki en 'Mi vecino Totoro' también nos acercaba a unos espíritus que tan solo la gente de buen corazón era capaz de ver: los duendes del polvo - Susuwatari - y los propios Totoros.
'Yo-kai Watch' logra, décadas después, reutilizar y reinventar esta fórmula para explicar de manera sencilla aquello que los niños no logran entender. Por ejemplo, si caen goteras del techo es que un yokai está lamiéndolo, o si los padres tienen una discusión tonta se debe a que un yokai que se ha enfadado con su pareja está celoso de ellos. De este modo los más pequeños no solo encuentran una fácil explicación a un mundo en el que viven pero que todavía les es complejo, sino que además su imaginación, su curiosidad y su capacidad de interactuar con el entorno se ven fomentadas pues, como pasaba con Mei en 'Mi vecino Totoro', es muy probable que quieran buscar a estas criaturas por todos lados para jugar con ellas. Y ahí es donde entran en juego las medallas Yo-kai de Yo-kai Watch,la prueba que muestra que el ser sobrenatural ha depositado su confianza y amistad en el ser humano y que pueden encontrarse como parte del merchandising disponible de la franquicia. A través de estos artículos, y de una réplica del reloj Yo-kai, los niños son capaces de adentrarse en este sencillo y a la vez elaborado universo para recrear las aventuras de Nathan o incluso vivir sus propias aventuras.
Tras un imparable e inagotable éxito en Japón, donde ya van por una tercera serie de videojuegos y toneladas de productos derivados, 'Yo-kai Watch' llega por fin a España. El videojuego ya se encuentra a la venta para Nintendo 3DS, pero próximamente llegarán el anime, que se estrena el 9 de mayo a través del canal Boing, el manga, que será editado por Norma Editorial y también saldrá a la venta en mayo, y una ingente cantidad de merchandising que pone de manifiesto que la franquicia tiene la intención de quedarse con nosotros por mucho tiempo.
En España, será Hasbro la compañía encargada de distribuir el merchandising, que irá desde el propio reloj y las medallas hasta productos de la vuelta al cole. La propia compañía prevé unas ventas iniciales de 200.000 relojes yo-kai y más de 1,5 millones de medallas.
Este merchandising ya se encuentra a la venta en nuestro país, y puede encontrarse en tiendas como Amazon, Carrefour, Toys R Us o El Corte Inglés. Para ese mes ya están decididos una serie de productos que buscan atraer a todo tipo de usuarios, tanto a los más pequeños de la casa como a adolescentes y jóvenes, sin olvidarse de esos padres y madres que gustan de compartir momentos de diversión junto a sus niños.