El 1 de Octubre 2015 | 13:41
La situación económica no ayudaba; el yen seguía cayendo en picado y muchos estudios nipones cerraron, vendieron gran parte de sus acciones o se fusionaron con otros para no verse ahogados. El terremoto de Fukishima en marzo de 2011 seguía haciendo estragos, pero Nintendo siempre había logrado salir de una situación desfavorable, ¿por qué no íbamos a confiar en ellos? Nintendo 3DS era el mejor ejemplo de ello. Podríamos citar aquí mismo decenas de reportajes de antes de agosto de 2011 donde periodistas nacionales e internacionales daban por muerta a la portátil estereoscópica, y ahora hablamos de un sistema que ha convencido a más de 53 millones de personas.
La tumba ya estaba cavada
Pero nada. La semana 26, cuando se cumplía la mitad del año y el E3 había cerrado ya sus puertas, nos dejaba un panorama todavía más desolador: 5.000 unidades semanales. Si antes decíamos que 10.000 era algo insostenible, que le iba a costar millones de yenes a Nintendo, ahora los golpes venían por partida doble: nadie quería Wii U.
Echemos un vistazo a su catálogo: ¿Cuántos juegos merecían la pena desde su lanzamiento? Hasta que no llegó 'Pikmin 3' no vimos un impulso real, algo que hiciese que el software le diese un golpecito en la espalda al hardware. Las criaturas de Shigeru Miyamoto no consiguieron aparecer en estas tierras como se esperaba y, por muy bueno que fuese el juego, el verano fue tan desolador que, atención, se llegó a tener un ritmo de 3.010 unidades en una semana, la peor situación que ha vivido Nintendo en toda la década. Era el momento de hacer algo. Un total de veinte semanas por debajo de las 10.000 unidades cada siete días no podía repetirse en 2014.
A final de 2013, con PlayStation 4 y Xbox One ya estaban en las tiendas, tan solo se habían vendido 1.75 millones de Wii U en todo Japón.
- - Algo falla
- - 2012 y 2013 (I)
- - 2012- 2013 (II)
- - 2014
- - 2015