El 25 de Enero 2017 | 16:52
Manhunt (2003)
Avanzamos más de una década en el tiempo, hasta la era de los 128 bits en la que PS2 reinaba como ninguna otra. Los videojuegos seguían arqueando las cejas de todo tipo de colectivos ajenos a ellos, pero ya se había normalizado mucho más la violencia en ellos. Tal vez no sería el gore más explícito, pero sí que había cosas como 'GTA', que te dejaba causar masacres urbanas y acabar con montones de cadáveres de transeúntes a tus pies.
El juego que toca ahora no pertenece a esta saga, pero sí que vino de la mano de Rockstar. 'Manhunt' fue objeto de numerosas polémicas debido a lo extremo de su sadismo y su violencia, llegando a ser prohibido en Australia y, en el caso de 'Manhunt 2', hasta en Reino Unido.
Y no en vano, pues en estos juegos controlamos ni más ni menos que a asesinos en serie que deben escapar de prisión, acabando con todo aquel que se interponga en su camino. Evidentemente, a estos señores se les da muy bien su profesión, y los momentos clímax del juego son los asesinatos, increíblemente gráficos y en los que la sangre corre como si fuera eso la fiesta de graduación de Carrie White. El juego nos premiaba por ejecutarlos de la forma más brutal posible, realmente metiéndonos en la piel y en la mente de un asesino psicópata.
¿Ha quedado suficientemente claro el por qué se prohibió este juego?
God of War (2005)
La mitología griega es bastante explícita, y 'God of War' sabe recoger a la perfección ese espíritu. Esta serie apareció como de la nada y ganó una popularidad tremenda en cuestión de unos pocos años. Tanta, que cabría esperar que su tercera entrega se hubiera suavizado un poco debido a que ahora se exponía a mucho más público. Pero resulta que no fue así, y de hecho 'God of War 3' es el más violento de todos.
A los combates rutinarios con enemigos menores que nos permiten recrearnos en nuestra habilidad para manejar las espadas de Kratos mientras vemos litros y litros de sangre virtual saliendo de todas partes, hay que añadir sí o sí los enfrentamientos contra jefes finales. Más que los enfrentamientos, las ejecuciones una vez los derrotamos: crudas y sin piedad, sea el enemigo humano o bestia.
Pero estas ejecuciones no las veíamos en cinemáticas ni mucho menos. El juego las plasma a través de series de QTE para hacernos partícipes de la inmensa ira de Kratos, mostrándonos imágenes de lo más poderosas que no se cortan en, por ejemplo, poner en primerísimo plano a un señor al que literalmente le estamos arrancando la cabeza de cuajo.
¿Era necesaria toda esta carnicería? ¿No bastaba solo con bajarle toda la vida al enemigo y que este cayera al suelo con algo de sangre? No, no basta. Porque Kratos es un hombre enfadado, pero también muy creativo cuando toca matar a gente.