El 6 de Mayo 2016 | 12:20
No ha sido fácil, pero también que querido hacerlo porque ahora sí puedo hacerlo sin que se tache de un postureo. El año pasado tuvimos el remake en 3D de 'Majora's Mask' en Nintendo 3DS, momento en que de repente muchísima gente empezó a decir que esta obra era su preferida, la mejor de la licencia. Me cuesta creerlo.
En mi caso no creo que la elección se deba a que cuente la mejor historia, que tenga las mejores mazmorras o que sea el que mejor mida los tiempos, sino que es el primer Zelda 3D que entró en mi casa, aquél que emuló el efecto 'Ocarina of Time' que quizá en ti sí causo. Solo tengo 21 años, la ocarina se hizo esperar unos años más en el caso que me concierne; y me flipó literalmente la historia del viaje del tiempo de Link así como su viaje.
Sin embargo, yo venía de conocer esa extraña obra que no entendía. Reconozco estar bloqueado sin entender qué pasaba con esa máscara, con la luna de Ciudad Reloj, con los niños que no me dejaban pasar. Recuerdo cuando salía de la ciudad a dar paseos en balde mientras la hora se me echaba encima. Eso es mágico, porque cuando terminé el juego, varios años más tarde, me di cuenta de lo mucho que había disfrutado de esa ignorancia, ese aprendizaje autodidacta para comprender qué era realmente la máscara de Majora. Por todo eso y mucho más, 'The Legend of Zelda: Majora's Mask', sin importar su edición, es para mí la mejor de la franquicia.