El 6 de Mayo 2016 | 12:20
Es difícil para mí tener que clasificar una saga con la que he crecido y que ha definido mis gustos como jugador. Siempre he soñado con escribir un libro sobre la saga 'The Legend of Zelda', y si bien eso es un proyecto que todavía tengo en mente, creo que necesito todavía almacenar todavía mucho conocimiento y darle más tiempo a la licencia para que alcance su máximo esplendor.
Creedme cuando digo que siento un profundo respeto por la licencia de Nintendo, a todas sus entregas; pero esto no es óbice para que sea crítica con ella con las cosas que no me gustan. Adonde quiero llegar es que considero que no hemos visto lo máximo con 'The Legend of Zelda', que 'Ocarina of Time' no fue un techo insuperable. Confío en Eiji Aonuma como buen incorregible seguidor de la Trifuerza; creo fervientemente que en el futuro nos espera lo mejor de las aventuras de Link.
Más que puro entretenimiento
No obstante, hoy quiero aprovechar la oportunidad de poder dedicarle unas líneas a la saga de videojuegos que introdujo en mí el concepto de aventura heroica más allá del papel de esos libros que devoraba en el colegio y el instituto, un viaje a otra dimensión con el que poder trasladar la experiencia imaginativa y narrada a la vivida y sentida, donde yo mismo era capaz de tomar mi camino y ver con mis propios ojos qué era eso de empuñar una espada.
No ha sido fácil elegir al segundo, al tercero, al cuarto... Seguramente no estéis de acuerdo con mi título escogido como primero, como el mejor 'The Legend of Zelda'. Llegados a este punto, creo que es necesario redefinir el reportaje: no son los 6 mejores 'The Legend of Zelda', sino que son los 6 títulos que más espacio ocupan en mi memoria, que más huella dejaron en mis retinas. Adelante, chico de verde.