El 9 de Junio 2016 | 19:48
Observar el comportamiento de un jugador en un videojuego de mundo abierto como puede ser 'The Witcher', es como atender al modo de actuar de un turista en una tierra desconocida. ¿Qué es todo esto que me rodea? ¿Hacia dónde va ese camino? ¿Qué visitar antes y qué ignorar?
Los videojuegos no son más que un nuevo mundo por explorar. Ante ellos, no somos más que seres minúsculos que se esfuerzan por tratar de sobrevivir de la manera más digna posible... pero también de disfrutar de todo aquello que les rodea.
Es la curiosidad del jugador la que ayuda a que los estudios se empeñen en hacer un entorno de calidad, un diseño atractivo que encierra en sí mismo el disfrute de pasear por los diferentes rincones. Es ese sentimiento por querer descubrir todo lo que le rodea, lo que hace más interesante una creación de entorno como la de 'Blood and Wine'.
El caballo chapoteaba en las riberas, iba al paso por la orilla del Sansretour, un riachuelo que discurría hacia Toussaint. Geralt conocía el camino. Ya había estado alguna vez allí.
(La Torre de la Golondrina, pag 124)
Ni siquiera los lectores, que también han estado en Toussaint con anterioridad, han sido capaces de evitar abrir los ojos con sorpresa ante la imagen de ese reino de cuento.