El 14 de Marzo 2016 | 08:33
Como muchos de vosotros, llevo prácticamente una semana seguida atrapado en la Nueva York enferma que plantea 'The Division', la última gran obra de Ubisoft. Por aquí ya os conté lo que me había parecido el juego antes de que se produjera su lanzamiento y las dudas que me asaltaban, y aunque ahora mismo tampoco puedo hacer una valoración concienzuda y justa (no lo he completado) sí que he sacado varias conclusiones.
La primera de ellas, por quitarme de encima las comparaciones con 'Destiny' que yo mismo planteaba en las últimas semanas, es que 'The Division' ha conseguido tomar muchos de los aspectos buenos de la obra de Bungie y mejorar aquellos que no son tan buenos, tomando decisiones correctas que hacen que la experiencia sea muy diferente entre ambos juegos, y se agradece. Sobre todo hay que reconocer que Ubisoft no ha querido patinar en el mismo apartado donde 'Destiny' todavía se muestra flojo a pesar de su tiempo en el mercado: la historia y su narrativa.
Hace unos meses, los desarrolladores de Bungie afirmaron que la idea que tenían en un primer momento para la historia de 'Destiny' tuvo que ser totalmente desechada unos dos meses antes de que el juego se pusiera a la venta. Eso explica lo mal contados que están los hechos y la sensación continua de que no hay un hilo conductor real, ya que la mayoría de la información y datos se proporcionan a través de aplicaciones externas. No existe casi ningún tipo de narrativa dentro del propio videojuego, y aunque no es imprescindible en una obra de estas características, se agradece.
A día de hoy ni siquiera yo podría deciros, después de jugar más de un año a 'Destiny', de qué va su historia, porque tampoco me ha interesado. Sin embargo, 'The Division' plantea cada uno de sus elementos con la historia como motor principal, lo que también lleva a aspectos positivos pero a otros negativos, aunque de eso hablaremos ahora. Nada más iniciar el juego de Ubisoft, sabemos quiénes somos, sabemos qué estamos haciendo y sabemos dónde estamos.
La ciudad de Nueva York ha sido desolada por un misterioso virus, al que debemos encontrar solución. Somos agentes de The Division, junto al resto de jugadores del mundo, y tenemos unos motivos para avanzar y para intentar ser cada vez más fuertes. El juego, incluso, desecha por el momento elementos que podría haber incluido fácilmente (un multijugador competitivo típico) en favor de la narración.