El 18 de Febrero 2016 | 14:57
1. Elige tu personaje favorito, mejora y evoluciona
Si de algo puede presumir 'Street Fighter 5' es de un plantel de luchadores para cualquier jugador, muy bien equilibrados. Lo conveniente es jugar los -escasos- modos individuales y el modo práctica para encontrar el que mejor se adapta no solo a nuestro estilo, sino a nuestras habilidades. Sin duda, uno de los más adecuados para el jugador novato es Necalli, capaz de hacer mucho daño con movimientos no demasiado exigentes y que además goza de un buen antiaéreo. Una vez tenemos a nuestro personaje es hora de entrenar.
En el modo práctica hay que ir paso a paso. Lo más importante es conocer los normales, su alcance y daño, y por supuesto, no descuidar los golpes flojos y medios, tan importantes como los fuertes. Una vez hecho esto, hay que pasar a dominar el V-System, especiales y Critical Art, y entonces, solo entonces, probar combos más complicados. Intentar combar un especial desde un normal no debería suponernos un gran esfuerzo, pero hacer el Critical Art desde un especial es otro cantar. La mayor parte de combos parte de un golpe flojo o medio, de ahí su importancia, así como la de adquirir memoria muscular a la hora de efectuarlos, en lugar de intentar retener en nuestra cabeza los comandos de botones y stick.
Si no somos especialmente habilidosos, es totalmente imprescindible aprender a castigar los errores del rival, porque aún no tenemos las aptitudes necesarias para llevar la voz cantante en el combate. A la hora de luchar hay que hacerlo fácil, ejemplo: muchos jugadores tienen especiales antiaéreos muy eficaces y dañinos, pero también hay normales que cumplen esa función, y si no tenemos la habilidad suficiente, seguramente esta sea una mejor opción. Y por supuesto, no abusar del salto: patada aérea más barrido ya no es un movimiento tan efectivo.
2. Conoce a tus rivales
Al principio hay que jugar con todos los personajes, no solo para elegir al nuestro, sino para saber a lo que nos enfrentaremos, los puntos fuertes y débiles de cada uno, los movimientos a castigar, aquellos de los que nos tenemos que guardar... Al igual que con nuestro propio personaje, debemos aprender sobre todo los especiales, ataques V y Critical Arts de los demás, y si completamos también con el conocimiento de sus normales, ya sería perfecto, pero es algo a tener en cuenta más a largo plazo. Una vez hecho esto, tenemos que saber llevar el combate a nuestro terreno.
Esto solo lo vamos a conseguir sabiendo sacar provecho de cada match up. Sea cual sea nuestro estilo, ofensivo o defensivo, siempre tendremos que adaptarlo al rival. Por ejemplo, si jugamos con Ken, que es un personaje equilibrado pero más orientado al ataque, probablemente nos convenga mantener una actitud más defensiva contra personajes más rápidos como Rashid o Karin. Tampoco conviene abusar de la defensa y bloquear contínuamente, porque tarde o temprano encontrará nuestro punto débil.
3. ¿Puedes permitírtelo? Hazte con un arcade stick
El salto del mando al fight stick es duro, pero a la larga, rentable y satisfactorio. La palanca y la disposición de los botones lo hacen de una herramienta tremendamente útil para entrenar y mejorar, pero hay que tener mucho cuidado al elegirlo: un stick barato puede ser más perjudicial que beneficioso. Aquí habrá que tener en cuenta qué rendimiento le sacaremos al juego, y si no tenemos ni la menor duda de que jugaremos a 'Street Fighter 5' por años, la inversión valdrá la pena. Si no lo tenemos tan claro, un stick de gama media (por 100 euros o poco más) puede ser una buena opción, pero pensando a largo plazo en una adquisición de mayor desembolso.
Hay dos fabricantes clave en esto de los fight sticks: Mad Catz y Hori, pero si tenemos alguno de la pasada generación, este será totalmente compatible con la presente. Podemos aplicar la "norma para todo" de que cuanto más caro será mejor, pero hay más factores además del precio, ya que un tamaño inadecuado -por exceso o por defecto- puede resultarnos tremendamente incómodo. En definitiva, jugar con stick es casi empezar de cero, pero una vez lo probemos no querremos volver al mando.