El 24 de Julio 2017 | 17:10
Meterse de lleno en el género para superhéroes a principios de siglo era algo complicado. Marvel (antes de convertirse en Marvel Studios) ya tenía a sus espaldas otras producciones de no mucho calado cultural. Antes de la primera película de 'Spider-Man', ya habían llegado al cine dos cintas de 'Blade' y la primera de los X-Men. Todas ellas estrenadas en años anteriores, pero en el nuevo siglo.
En un principio, el proyecto de llevar al hombre araña a la gran pantalla iba a recaer en manos de James Cameron, pero una serie de batallas legales entre diferentes empresas hizo que finalmente cayera en manos de Sam Raimi, el cual tomó ideas de un primer guion escrito por el director de 'Titanic' para incorporarlas a su personaje.
Metiéndonos de lleno en la obra de Raimi, podríamos decir que su Spider-Man estaba hecho para el público más adulto, pero eso no quiere decir que no fuese accesible, de hecho, es lo que hicieron. Tobey Maguire le daba a Peter Parker un tono que no lo hemos visto en los posteriores intérpretes. Tenía los problemas de cualquier adolescente, pero enseguida dejó el instituto para meterse en la universidad y comenzar a lidiar con problemas de trabajo, de pareja e incluso de salud.
Como era la primera vez que Spider-Man daba el salto a la gran pantalla, debían elegir muy bien qué historia contar y a qué personajes introducir. El hilo conductor estaba claro: había que contar los orígenes, pero ahora bien, ¿quiénes acompañarían a Peter Parker en su debut? Raimi decidió coger a los personajes más icónicos de las páginas del trepamuros: la Tía May, el Duende Verde y Mary Jane Watson.
¿Quién no sabe quiénes son estos personajes? La serie animada de los 90 de Spider-Man enfrentaba al hombre araña día tras día al Duende Verde (o al Hobgoblin en su defecto), y la melena pelirroja de MJ ondeaba cada vez que nuestro héroe la llevaba en brazos cruzando la ciudad en telarañas. La figura de la Tía May es indiscutiblemente necesaria en cualquiera de las producciones de Spider-Man.
Cierto es que el director se tomó bastantes licencias, como decidir que la araña que le picaba a Peter era una modificada genéticamente (cuando en el cómic original no es así) o coger la idea de Cameron de que los lanzadores de telarañas fuesen orgánicos, es decir, los producía el propio Peter.
Durante tres películas vimos un ascenso magnífico en la complejidad del personaje, y es que Spider-Man es un superhéroe bastante más complicado de lo que puede parecer a simple vista. Con 'Spider-Man 3' comenzaron los desacuerdos entre Raimi y Sony, algo que se saldó con la ruptura entre ambas partes. Aun así. la tercera película fue la más oscura de todas, sobre todo por la inclusión de Venom.