El 14 de Julio 2015 | 08:45
Toda empresa tuvo sus inicios, siendo estos mucho más ocultos y tímidos hasta que dan el salto a la fama. En el caso de Sony Computer Entertainment America tenemos que remontarnos a la época de la primera PlayStation, una consola que tras no haber conseguido terminar las negociaciones con Nintendo cuando SNES pedía a gritos un modelo con formato CD, finalmente salió de forma independiente bajo el respaldo de la gigante Sony, que se inmiscuyó en la industria del videojuego con valentía y tomando muchos riesgos. Jugar a golpe de talonario es esencial y aquí se pudo. Aquí se hizo.
Seguramente muchos de vosotros recordéis el impacto de PSX, pero todavía más la revolución y consolidación de la marca PlayStation 2, a día de hoy sistema más vendido de todos los tiempos con unos 155 millones de unidades en todo el mundo. Desde las oficinas de la compañía eran conscientes de que para que PS2 fuera un éxito hacía falta juegos de peso, licencias que marcasen la diferencia y sirvieran como revulsivo para tantos millones de personas. Una mascota; todos tenían un personaje que en cuestión de segundos te hacía pensar en la casa de donde venía.
Crash no era suficiente porque no había superado a Mario, y hubo más de uno que se aventuró a decir que hacía falta algo más serio, más dirigido a las grandes masas especialmente por la tendencia y edad del target que no paraba de comprar la consola. El lanzamiento europeo de PlayStation 2 en noviembre del año 2000 estuvo marcado por una nada desdeñable cantidad de títulos; al fin y al cabo la máquina llevaba ya unos meses tomando contacto en el resto de territorios fue más sencillo localizar obras interesantes.
Destinados a exprimir al máximo el hardware de Sony
Doce meses más tarde, tras haber estado más de un año trabajando en ello, una empresa llamada Santa Monica Studio se postulaba como una de las nuevas apuestas por parte de la división de entretenimiento de SCE, una subsidiaria en la que Shuhei Yoshida confió como encargada de sorprender en todo lo referente al apartado visual. Eran ellos quienes debían demostrar, testear y canalizar el rumbo del hardware de la máquina, explotar los nuevo motores gráficos y consagrarse como lo que ha terminado siendo.
'Kinetica' fue su primer trabajo. Tras haberse fundado en el año 1999, fue ésta la primera materialización después de tanto tiempo de trabajo en California. No hablamos de un juego banal, y es que a pesar de no haber visto jamás la luz fuera del territorio norteamericano, se trata de la antesala de 'God of War', pues aquí se fraguó y mejoró el homónimo motor gráfico Kinetica. ¿Una demo técnica? Puede, pero a juzgar por el título en su versión final podemos decir sin temor que es un videojuego bien acabado y con mucho potencial; muy difícil de encontrar a día de hoy.
Como en todo videojuego de velocidad, la tarea primordial no era otra que llegar a la meta en primer lugar. Las velocidades podían alcanzar los 500 km/h y su estética, apuesta jugable y música le llevaron a compararlo con 'F-Zero', que por aquel entonces sí era una gran IP para Nintendo. Los años fueron pasando y las ventas no acompañaron culpa de un lanzamiento únicamente en territorio americano. Sin embargo, el uso de SoundMAX en lo referente al audio con la colaboración de Analog Devices -una importantísima compañía de Massachusetts-, dejaron impronta del espectacular trabajo artístico de Kinetica.