El 23 de Febrero 2018 | 12:17
¿Te imaginas que la famosa frase de "es que estás todo el día con la consola" pudiera convertirse en un indicio de adicción? ¿Alguna vez has pensado que podrías tener un problema con los videojuegos? ¿Se asemeja a estar enganchado al móvil o las redes sociales? ¿Te parece, en cambio, inverosímil que alguien pudiera desarrollar este tipo de conductas?
Estos últimos meses surgía la polémica en torno a la posible existencia de la adicción a los videojuegos, y la verdad que el tema no está claro del todo. Todo empezó en diciembre de 2017, cuando la Organización Mundial de la Salud decidió incluir el trastorno por adicción a los videojuegos (gaming disorder) en la sección de Trastornos Mentales, Conductuales y del Neurodesarrollo del CIE-11. El CIE, o Clasificación Internacional de las Enfermedades, es un manual diagnóstico que se utiliza en todas las áreas de la salud, y que describe los criterios a seguir diagnosticar todas las enfermedades existentes. En mayo de 2018 ve la luz la edición número 11, después de 28 años sin actualizarse, y entre todas las novedades que incluye se encuentra este trastorno dentro de las llamadas Adicciones Comportamentales.
La segunda noticia venía de parte del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno Español. En febrero de 2018 se aprobaba la Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024, un plan para analizar y poner en marcha acciones que prevengan y reduzcan los daños debido a conductas adictivas de todo tipo. Por primera vez, se incluyen los videojuegos dentro de un campo de actuación llamado adicciones sin sustancia o comportamentales. Sólo hace referencia a ellos explicando que se hará especial énfasis "en los juegos de apuesta (presencial y online), así como los videojuegos y otras adicciones a través de las nuevas tecnologías". No es de extrañar que si la OMS incluye los videojuegos en el campo de la adicción, en la Estrategia Nacional se ponga el foco en ellos.
Todas estas noticias han generado bastante discordia. Relacionar los videojuegos con una posible adicción los hace ver como un elemento negativo en la vida de las personas, que si no lo controlas, puede superarte. Si se da demasiada relevancia al tema, se entenderá que la causa de crear la adicción estaría en las características del objeto de consumo: los videojuegos. Nadie sospecha de ser adicto a la lectura o al cine, y por eso se hace muy extraño pensar que los videojuegos sí. Por ello, vamos a intentar ver de dónde podría provenir esa concepción de los videojuegos como posible fuente de adicción, en qué se diferenciaría eso de un mero uso excesivo de este tipo de ocio, y qué piensa la comunidad científica de ello.
Qué implica que los videojuegos puedan crear adicción
La descripción que el CIE-11 hace de la adicción a los videojuegos o gaming disorder es la siguiente, y resulta bastante similar a otros tipos de adicciones: Se considera que la adicción a los videojuegos puede aplicarse a juegos online u offline, y que se caracteriza por un patrón de juego recurrente, con poco control sobre esta conducta, dando mayor prioridad a los juegos que otros intereses de la vida, y manteniendo esta conducta de juego aunque traiga malas consecuencia. Además, este tipo de juego debe conllevar un deterioro de otras áreas funcionales de la vida: social, familiar, educativa, laboral, etc. Esta situación se tendría que prolongar durante más de 12 meses, aunque si los síntomas son graves, también se consideraría adicción aunque se trate de menos tiempo.
Si de verdad se cree en la existencia de casos de adicción a los videojuegos, debemos tener en cuenta dos cosas. La primera, que no implica que todo el mundo pueda tenerla ni desarrollarla, sino que claramente se refiere a casos que distan mucho de un comportamiento que podríamos llamar normal dentro de este entretenimiento. Aunque, ¿es normal que las adicciones sean casos tan, tan aislados?
Por otro lado, una adicción no implica un trastorno mental, ni el ser adicto a los videojuegos podría hacer a la gente "perder la cabeza". En verdad, una adicción entra dentro de lo considerado trastornos mentales porque son conductas que resultan disfuncionales para nuestra vida. Una persona adicta al tabaco no se considera "enferma" o que tenga un trastorno, simplemente porque los cigarrillos no alteran nuestra conducta. Pero es adicta. Lo que ocurre es que solemos asociar las adicciones a sustancias como la heroína, el alcohol o el cannabis, que sí alteran nuestro comportamiento, de ahí que se relacionen con trastornos mentales graves. Los videojuegos serían, según esta concepción, una adicción parecida a la ludopatía. No es estar "enfermo", es que hay un elemento de nuestra vida que no podemos controlar y afecta a todos los demás aspectos. Otra cosa es que las adicciones deterioran nuestro bienestar, nuestras relaciones y nuestra estructura vital de una manera devastadora.
¿Es tan fácil desarrollar una adicción a los videojuegos convencionales?
Las sustancias o actividades que suelen generar adicción es porque presentan unas características que lo facilitan. En el juego de azar o en las máquinas tragaperras hay unos patrones de "premios" o refuerzos diseñados para que las personas quieran seguir jugando. En las máquinas tragaperras se añade el componente perceptivo: las luces, los sonidos, los dibujos... Sin embargo, estos elementos no están presentes en los videojuegos convencionales. Tampoco podemos hablar de ellos como algo homogéneo. Es muy difícil que una persona sea adicta a jugar a cosas como 'Assassin's Creed' o 'God Of War' por las características de estos productos. Tienes que comenzar una historia, aprender unos mecanismos de juego, te lo pasas después de varias horas, y vuelta a empezar con otro totalmente distinto. Las adicciones suelen responder a estímulos o mecanismos mucho más sencillos. Incluso puede pasarse horas y horas en el 'League of Legends', pero ¿es eso una adicción tal y como se definen estas? Aunque, ¿y al juego de 'Los Simpson' de móvil? ¿Y los juegos de Facebook? Esto abriría otro debate, aunque no parece que los juegos offline puedan generar la misma adicción que las apuestas deportivas, por ejemplo.
Sin embargo, el hecho de que los videojuegos presenten casos de adicción tan poco comunes nos hace pensar: si en verdad es tan difícil caer en esta adicción, ¿por qué considerarla como tal? Ya lo adelantábamos previamente, pero ampliamos: ¿y si la persona que es adicta a los videojuegos pudiera serlo a otra actividad? ¿Las redes sociales, quizás? ¿No sería, en tal caso, otro fenómeno el que esté causando o manteniendo esa aparente adicción?