El 19 de Diciembre 2016 | 10:09
Este artículo contiene spoilers de 'Rogue One: Una historia de Star Wars', así como de 'Star Wars: El despertar de la fuerza'.
En cuanto salí de la sala de tras 'Rogue One: Una historia de Star Wars', todavía con la piel de gallina tras escuchar John Williams en los créditos como un eco rebotando en mi cabeza, tres ideas me asaltaron inmediatamente: crítica, ¿Episodio VII? y ¡otra vez!
Había cometido el error de leer críticas antes de ir a ver la película. De hecho, había leído muchísimas, fundamentalmente en secciones de cultura de grandes medios generalistas, que son los que tienen más facilidades para acceder a pases previos. Si habéis hecho este ejercicio la conclusión antes de ver la película de Gareth Edwards es que "está bien", sin más y sin alardes. Es más, me quedaba en las críticas positivas cierto regusto de incongruencia entre la puntuación final y el desarrollo del texto, como si de alguna manera los periodistas tendieran a ser más benevolentes en su calificación simplemente porque el nombre de 'Star Wars' impone demasiado. Pues bien, 'Rogue One: Una historia de Star Wars' me ha enseñado una valiosa lección, algo que no es difícil sospechar, nunca más me tomaré en serio las críticas de prensa generalista con el cine de género. Ahora la sensación que tengo con las críticas que leí es que en su mayoría son artículos escritos por gente que no comprende el papel que juega 'Rogue One' en la saga 'Star Wars', o el momento histórico en el que se encuentra dentro del universo, porque con esta película encuentro dos lecturas muy evidentes: aunque se puede ver como una película de acción completamente independiente, probablemente desde esa perspectiva no sea especialmente interesante, pero si se observa el ejercicio desde los ojos de un fan de 'Star Wars', 'Rogue One' tiene una relevancia absoluta.
La idea de 'Star Wars'
La segunda idea, que es la que da origen a este texto, es la comparativa con el ejercicio de J.J. Abrams en El despertar de la Fuerza. Son dos propuestas completamente diferentes. Radicalmente distintas. Pero guardan un punto en común: son el nuevo cuño cinematográfico de 'Star Wars', las dos primeras cintas de nueva hornada, que abren una disyuntiva para avanzar en diferentes caminos. Esto impone la necesidad del cara.
Sin duda me encantan ambas películas, pero tengo una sensación muy fuerte: creo que tanto 'Rogue One: Una historia de Star Wars' como 'Star Wars: El despertar de la Fuerza' tratan de ser especialmente respetuosas con el legado de la trilogía original. J.J. Abrams trata de llegar al espíritu de Una nueva esperanza abusando de la referencia, con una cinta estructuralmente idéntica a la del 77'. Gareth Edwards en 'Rogue One' aparentemente se esfuerza menos en recuperar el espíritu, y sin embargo es probable que su acercamiento al universo 'Star Wars' sea más respetuoso y más coherente.
Mi tercera idea al salir de la sala no requiere mucha explicación, supongo que nos pasa a todos, cada vez que termina una película de 'Star Wars' necesito "rebobinar" y pegarle una segunda vuelta, y las que hagan falta.