El 3 de Octubre 2018 | 20:00
¡Continuemos con las criaturas XXXX! En esta ocasión, vamos a hablar del Occamy, cuya estética recuerda mucho a la de una serpiente alada. Mas su cuerpo está emplumado, y tiene dos patas con alas, con las que al abrirlas puede llegar a medir hasta cuatro metros de ancho; su largo suele ser de unos quince metros. ¡Pero es coranáptico! Es decir, que puede crecer o encoger de forma mágica para adaptarse al entorno del que dispone.
Pese a lo bonito que es, también es extremadamente peligroso, puesto que es muy agresivo con todas las personas que se acercan a él. Se alimenta de ratones, ratas, aves y, si puede, de monos. Habita en el Lejano Oriente y en la India, y es extremadamente protectora con sus huevos, puesto que estos están hechos de una plata que atrae a los humanos.
Llama la atención de esta criatura la etimología de su nombre. Occamy deriva del nombre de un filósofo inglés llamado Guillermo de Ockham, también conocido como Occam, que inventó un principio metodológico conocido como la navaja de Occam. Este principio señala que cuando en una situación con dos explicaciones distintas, que compiten por ser la verdadera, se debe aceptar la que requiera menos supuestos; es decir, que la explicación más sencilla es la correcta en la mayoría de los casos. La autora, J. K. Rowling, quiso hacer una broma respecto a esto: la existencia de la occamy no tiene razón de existir, y si se evaluara con el principio de la navaja de Occam, la conclusión más lógica sería que no existe.
Las más peligrosas: XXXXX
Leer la saga de Harry Potter, o ver las películas, conlleva comenzar a tenerle miedo a los dementores. Estas criaturas son las que hoy abren nuestra clasificación XXXXX, es decir, que están entre las más peligrosas del mundo mágico. Son seres horribles, enormes, y que siempre van cubiertos por una capa; pero no dan miedo por su apariencia, pese a que podrían hacerlo. Lo que realmente aterra de ellos es que se alimentan de los recuerdos felices y alegres de las personas que van encontrando a su paso, y lo único que dejan tras de sí es tristeza. Pueden incluso robar el alma de las personas, dándoles el famoso beso del dementor.
Se supone que los dementores no pueden salir de Azkaban a menos que el Ministerio lo permita personalmente, mas todos sabemos que son capaces de servir a cualquiera que les ofrezca algo mejor. Tienen la capacidad de multiplicarse rápidamente si el ambiente se lo permite, dejando a su paso una inmensa neblina. Los muggles no pueden verlos, pero sí percibirlos; sin embargo, los squibs sí que los pueden ver. Pero no os preocupéis: se pueden derrotar con el hechizo Expecto Patronum.
La serpiente cornuda es otra de esas criaturas que es mejor no encontrarse nunca; esta habita, sobre todo, en Estados Unidos, aunque hay quien dice que también hay serpientes cornudas en Oriente. Se sabe muy poco de ellas, aparte de que su cuerpo es capaz de garantizar ingredientes mágicos que muchos magos y brujas consideran fundamentales. Según Pottermore, "la serpiente cornuda tiene un significado especial en la historia del colegio mágica de Norteamerica, Ilvermorny, como uno de los cuatro animales de las casas del colegio. La fundadora del colegio, Isolt Sayre, podía entender a la criatura, y usaba virutas de su cuerno para crear varitas. Los ojos de la serpiente lucían feroces e inteligentes; una representación adecuada, ya que la casa de la criatura es tradicionalmente el hogar de los estudiosos".
Por último, pero no por ello menos importante, no podíamos obviar hablar de las acromántulas. ¿Os suena de algo Aragog, una "amiga" de Hagrid? Esa que, tras el ascenso a la batalla de Voldemort, tardó poco en cambiar de mando y unirse al Señor Oscuro. Pues Aragog era una acromántula, una de las criaturas más peligrosas del mundo mágico. En el año 1794 fueron descubiertas y, al parecer, se cree que fueron creadas por los propios magos y brujas con la intención de custodiar tesoros; esta creencia se basa en lo extraño que es que las acromántulas puedan comunicarse con los humanos.
Su veneno es tóxico pero, a la par, muy codiciado. Su pelaje es negro, grueso, y tienen ocho ojos y ocho patas; con estas últimas son capaces de comunicarse, expresando mediante chasquidos su estado de ánimo. Está totalmente prohibida su cría, y suelen medir entorno a los cuatro metros y medio. Tras ver una acromántula, cualquiera querría imitar a Ron en su segundo año en Hogwarts: "¿por qué arañas? ¿Por qué no podemos seguir mariposas?".