Por El 16 de Octubre 2016 | 10:10
Sí. La primera edición de la Barcelona Games World ha sido un éxito rotundo. Ha superado las expectativas no solo de la organización sino de cualquier amante de nuestro sector, con una cifra que ha superado los 120.000 visitantes, y con una gran cantidad de juegos, conferencias, personalidades y partidas que hemos podido disfrutar durante 4 largos días (3 para el público en general). Pero sería tremendamente injusto no acordarnos de que, además, esta feria tuvo un valor añadido de un valor incalculable. Uno que, aún celebrándose en el mismo marco, y por lo tanto durante los mismos días, no sufrió para nada una falta alarmante de visitantes, iniciativas o momentos mágicos. Me estoy refiriendo a la edición anual del RetroBarcelona, que en esta ocasión se hizo en el marco de la propia BGW, en uno de los pabellones de la 'Fira de Barcelona', con su espacio independiente (había que subir unas escaleras mecánicas), y con todo lo bueno y lo malo que podía conllevar.
El más variado de todos
Pero los resultados han sido excelentes. Porque no solo ha sido Sony Interactive Entertainment la que ha tirado la casa por la ventana con más de 3000 metros cuadrados de stand, sino también el propio RetroBarcelona, que nos ha ofrecido una de las mejores ediciones que recuerdo. Y no hay que olvidar que estamos ante un evento sin ánimo de lucro, dedicado a la tecnología clásica, pero nacida completamente de la ilusión, la nostalgia y el amor hacia esos sistemas clásicos que tan buenos ratos nos han hecho pasar (palabras textuales de la organización). Pero en esta ocasión, desde mi punto de vista, ha sido mucho más que el poder compartir una afición, más que un viaje en el tiempo para trasladarnos a los años 80-90. Incluso ha quedado en un segundo plano el mercadillo en el que hacerse con prácticamente cualquier juego que conozcas (y de la región que sea).
También ha sido un lugar perfecto para desestresarse de las grandes colas que se producían en la BGW, y relajarse un ratito con uno de sus míticos torneos, una de sus interesantes conferencias, o incluso una de las iniciativas más bonitas que he visto: el mercadillo solidario (podías cambiar comida por juegos). Y seguramente, todo eso ha sido posible gracias a que la edición de este año ha contado con mucho más espacio de exposición en el recinto de la Barcelona Games World. Tanto, que ha sido posible hasta practicar un torneo de Pinball profesional (el único que requería de un pago previo para participar), o probar centenares de juegos retro sin necesidad de hacer el más mínimo de cola (incluso en los días de más asistencia). Si a eso le añadís el hecho de que también pudimos encontrar stands relacionados con la cultura del videojuego pero a nivel de literatura ('Héroes de Papel'), o incluso la presencia de nuestro querido amigo 'MakoMod' (uno de los modders españoles más exitosos), presentando su última obra maestra: la NES de la Trifuerza, el resultado solo podía ser excelente.
Es por todo esto que hoy vamos a dejar de lado los tops de las últimas Retro Zonas, las entrevistas a otros redactores de Zonared, o la pasión por una consola o un juego en concreto, y daremos paso a una visión más global. Os habéis ganado un lujoso billete al tren que regresa al pasado. Uno que nos llevó a conocer la historia entera de los videojuegos. Sí, con sus más de 42 años, y pasando por las consolas más antiguas que todos conocéis (también ordenadores personales), o incluso otras tan extrañas que ni siquiera algunos maestros del sector eran capaces de reconocer (doy fe de ello). ¿Queréis saber el porqué vale la pena asistir a un evento Retro de videojuegos? Pues sigue leyendo, querido lector. Porque repasaremos individualmente la mayoría de los puntos citados en esta introducción. ¡Retroempezamos!