El 24 de Noviembre 2014 | 15:20
Retro Barcelona, bajo mi punto de vista, no es un evento que se disfruta en solitario. Todo lo contrario. Al igual que aquellas eternas partidas a 'Super Mario Bros.' o aquellos combates de entrenamiento con 'Soul Edge', la experiencia es mucho mejor acompañado.
¿Por qué? Os preguntaréis. Pues porque vamos a descubrir sentimientos y sensaciones que hacía mucho que creíamos perdidas y, cuando tenemos a alguien a nuestro lado con quién compartirlas, la sensación es muchísimo mayor.
Frases como "¿te acuerdas de cuándo jugábamos a XXX y nos pasábamos la noche pensando cómo resolver ese puzle?" o "no sabes la de horas que le he echado a este juego", son de las que más se pronuncian en el recinto. Máxime cuando conseguimos sentarnos en uno de las decenas de consolas de exposición que tendremos a nuestro alcance con juegos tan variopintos como 'Mario Kart', 'Golden Axe', 'Double Dragon', y muchos más.
Porque esto también es Retro Barcelona. Experimentar y volver a sentir esas sensaciones a través de los juegos es algo que busca y que consigue. No se trata solo de mirar, de leer y de cerrar los ojos y recordar. Se trata de revivir, de volver a ponernos a los mandos de nuestro juego como si fuesemos un pequeño crío de 10 o 12 años, y de sentir que estamos ante la obra más grande jamás creada, aunque sea por unos cuantos segundos.