El 2 de Abril 2017 | 12:45
Los videojuegos ficticios que podemos ver en series, películas e incluso otros videojuegos son un reflejo de cómo la sociedad nos ve desde fuera. Es en ese punto de recreación paródica en el que podemos ver las características de juegos y jugadores de forma más caricaturizada, exagerando sus rasgos propios hasta el punto de hacerlos evidentes; a veces resulta dolorosamente real, otras lamentablemente equivocado.
¿De dónde viene la mala fama de los videojuegos?
Todos los que le echamos horas y horas a esto de los videojuegos hemos sufrido alguna que otra vez esas miradas de desprecio que nos lanza la gente que no está muy enterada de lo que sucede en este mundillo cuando le decimos que, efectivamente, a nuestra edad seguimos machacando botones. Entre los que piensan que es algo de niños y los que creen que vamos a acabar matando a nuestros padres con una katana, parece evidente que la imagen de los videojuegos no goza de buena salud en la sociedad.
Las razones de por qué ocurre eso darían para un debate tan amplio que ni la propia existencia humana podría abarcarlo, sin embargo sí que parece posible entrever alguna de las causas de la mala percepción de la población hacia los videojuegos, y no conocerlos en profundidad se postula como la más importante de todas ellas. El desconocimiento ya es nocivo de por sí, pero si a este le sumamos representaciones equivocadas o sesgadas de los videojuegos tenemos como resultado un cócktel de estereotipos facilones que crea una imagen complicada de rebatir.
Pongámonos en la piel de una persona cuya única relación con los videojuegos es la que le llega a través de prensa, películas y series de televisión. Las representaciones que vemos ahí suelen centrarse en la peor faceta de los videojuegos (violencia sangrienta y gratuita, alienación de los jugadores, adicción, entornos oscuros...), por lo que automáticamente podrían pensar que los juegos son negativos para la sociedad. Es por eso que es importante preguntarse cómo se representan los videojuegos en la ficción, qué elementos básicos se suelen utilizar como puntos característicos y cuáles se obvian bien por desconocimiento o bien por interés.