El 16 de Septiembre 2017 | 17:15
Los payasos, como figura, se supone que ya formaban parte de la corte del faraón Dadkeri Assi durante la Quinta Dinastía egipcia, allá por el 2500 A.C. De ahí saltamos a China, donde se convirtió en un oficio gracias a formar parte de la corte de los reyes en el siglo 2 A.C. Pasamos por Grecia y Roma, donde serán protagonistas de comedias y dramas.
La profesión de payaso ha sobrevivido, básicamente, gracias a ser en entretenimiento de monarcas y, cuando no estaban con ellos, de hacer reír a las clases bajas de la sociedad en tabernas y plazas donde además de hacer humor con la sociedad, se les escapaban secretos de los cortesanos.
De la inocencia al terror
Pero, poco a poco, según iban avanzando los años, los payasos van adquiriendo la indumentaria que conocemos y, a la vez, los personajes se van volviendo más oscuros en el imaginario popular.
Uno de los principales exponentes del realismo en la opera, Ruggero Leoncavallo, estrenó en 1892 la opera 'Pagliacci', un drama en dos actos que nos cuenta la historia de un grupo de payasos ambulantes que van a realizar una función en un pueblo. Durante esa función, uno de los payasos, Canio, apuñala a su mujer Nedda y al amante de esta -Silvi-o, terminando la función ahí mismo con la frase "La commedia è finita" (La comedia se acabo).
Unos años antes, el autor francés Catuelle Mendès escribió 'La femme De Tabarin', con un argumento parecido, por lo cual denunció a Leoncavallo por plagio. Aunque la opera ha sido la que ha quedado en el recuerdo y ha sido homenajeada, sin ir más lejos, en 'los Simpson'.
Y nos podemos ir más atrás aún, en 'Los papeles póstumos del Club Pickwick', un joven Charles Dickens nos presenta un payaso borracho y horrible que es capaz de hacer lo que sea por su público.
El origen de los payasos "diabolicos" está aquí y allá. Unos le dan el mérito a Dickens, otros a Joseph Grimaldi, "el primer ancestro reconocible del payaso moderno", pero es algo que parece haber estado siempre ahí.