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Nintendo ++ - Especial Saga 'Mario Tennis' de Nintendo

CAMELOT SOFTWARE

Por Sergio Carlos González Sanz

El 27 de Noviembre 2015 | 12:16

Nintendo ++ - Saga 'Mario Tennis', el deporte de la raqueta golpea en la gran N

Os contábamos hace tan solo unos días que 'Mario Tennis 64' cumplía 15 años, y así es. El mes de noviembre del año 2000 permitió que los jugadores occidentales disfrutasen por primera vez de una obra tenística real, en condiciones, de Mario y el resto de componentes del Reino Champiñón en sus casas. El mando de Nintendo 64 adoptaba forma de empuñadura y nos proponía un juego que, tres lustros más tarde, se sigue jugando igual de bien como el primer día.

Control exquisito, gran paso hacia delante

Camelot Software Planning se pasaba a los simuladores deportivos y hacía gala de su talento de forma envidiable. Para muchos es el mejor de la saga, y fue además el primer título en incluir el "Player Four", un cuarto integrante llamado Waluigi. Era necesario; al fin y al cabo, a Mario, Luigi y Wario les hacía falta un compañero en las partidas de dobles, pero para ello era capital crear un personaje que fuese similar a Wario y que a su vez hiciese las veces de segundón, algo que por mucho que nos duela, le asemejaría a Luigi. ¿El nombre? Muy sencillo, Waluigi. "El Mario morado", como se le llegó a llamar, fue una de las muchas novedades de 'Mario Tennis 64', que si bien no terminó de convencer a la revista Famitsu, que lo calificó con un 32/40, en realidad contaba con un control envidiable que pocas veces hemos vuelto a ver.

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Si la pista era un rectángulo con su red en medio, tú eras capaz de poner la pelota donde quisieras, con grandes diferencias entre personajes y un modo multijugador cooperativo o competitivo en modo local que nos hacía perder tardes y tardes con amigos. 'Mario Tennis 64' es el sexto juego de Mario para Nintendo 64, y además de Waluigi fue el primero en incorporar también al mundo del tenis de la gran N a Shy Guy, Daisy, Wario, Birdo y Donkey Kong.

GameBoy Color entra en juego

Unos meses más tarde con respecto al lanzamiento original en Japón (julio del año 2000), llegaba el otoño y GameBoy Color recibía una adaptación del juego realmente espectacular. Siendo sincero, en mi opinión es el mejor videojuego de tenis hecho nunca en una consola portátil y de largo el mejor de la saga.

Es realmente para quitarse el sombrero lo que se logró con este título, porque Camelot se negó a seguir curzada de brazos, ellos son en realidad gente que quiere contar historias, sorprender a los jugadores con títulos increíbles. ¿Hacer un JRPG con tenis de por medio? Podría sonar impensable a primera vista, pero cuando ves que van pasando las horas y no hay rastro de Mario y compañía sino unos jugadores con mucho carisma que poco o nada tenían que ver con Nintendo... y ves que no puedes parar de jugar, algo va bien.

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Se nos propuso una historia que más tarde sería continuada mínimamente en GameBoy Advance, el nacimiento de Alex, un joven loco por el deporte que hoy nos une pero realmente inexperimentado. La academia nos iría enseñando poco a poco, invitándonos a jugar contra los mejores jugadores del lugar en diferentes niveles para que, una vez estuviésemos en las posiciones de ascenso, pudiésemos ascender al siguiente rango.

En pos de convertirnos en los mejores jugadores y llegar a ser profesionales, poco a poco se nos van contando líneas de diálogo para nada profundas, pero sí lo suficientemente atractivas para seguir jugando ya que no solamente era una cuestión de historia, es una materia de rol.

Alex iba subiendo de nivel a tu gusto. ¿Quieres mejorarle el saque? ¿Qué hay de la volea? No podemos olvidar el golpe liftado... Y así iban pasando las horas; los puntos de experiencia se distribuían como tú querías, y estaba tan perfectamente medido y equilibrado que era sorprendente cómo algo así no se veía migrado a las consolas domésticas, donde con total seguridad habría salido un juego excelente, aunque quizá demasiado ambicioso para las capacidades de Nintendo 64.

Una joven GameCube estaba llamando ya a las puertas de los hogares de medio mundo, y tanto Nintendo como Camelot sabían que era ahí donde tenían que tocar el cielo, tanto con ella como con GameBoy Advance.

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