El 15 de December 2015 | 08:42
3) Una historia digna de serie de televisión japonesa
Los japoneses tienen una muy curiosa forma de hacer televisión, sobre todo dramática y con sucesos de echarse a llorar. Suelen tener una ideología social que les hace ante todo, disfrutar de los pequeños momentos, no de historias que se alargan infinitamente y tratan de hacer que todo gire en torno a la destrucción del mundo, porque eso son series que tratan de contar mucho en poco tiempo, porque eso son obras japonesas pensadas para el público mundial.
'Yakuza' plasma en sus escenas lo que es la mentalidad japonesa de los pequeños momentos y que los días son preciosos, como lo hizo 'Shenmue' en su día. Un capítulo entero de 'Yakuza 3' puede tener cero información relevante, proponiendo, por ejemplo, ir a hacer la compra y cuidar a los niños del orfanato de Kazuma Kiryu, y se esfuerza en que eso sea entretenido, sobre todo porque hace a Kazuma Kiryu un personaje humano: un yakuza que heredó el negocio familiar pero quiere llevar una vida de ayuda a los demás junto a su sobrina Haruka. Y ante todo, no son aburridos si pensamos en que eso es lo que hace a un personaje de videojuego uno tridimensional y realmente humano en vez de una caricatura...
Son esos pequeños momentos y detalles a veces tan mundanos los que acentúan los momentos melancólicos en la serie como la inevitable muerte de los compañeros, porque hacen que simpaticemos más con un personaje humano en vez de con una caricatura. Si jugamos a 'Yakuza 4' nos hartaremos de ver la vida personal de Akiyama y Tanimura, el primero como cobrador de préstamos altos a cero interés y sin fecha de vencimiento, y el otro como un policía adicto al juego que protege a una pequeña Chinatown en Kamurocho. Sin esos momentos mundanos serían personajes muy distintos y menos emblemáticos.
4) La esencia loca que perdió 'Grand Theft Auto'
Sin temor: la serie 'Grand Theft Auto' perdió esa locura característica de la serie con 'Grand Theft Auto IV', en la que situaciones como tener que enamorar a una crupier de blackjack amante del sadomasoquismo, o diálogos absurdos en los que te ofrecen una prostituto transexual, han quedado relegados para convertirse en una epopeya sobre la adultez, responsabilidad y planificación de robo de bancos a gran escala. La serie 'Yakuza' por el contrario, conservó ese estilo "canalla" sin miedo al absurdo con tal de hacer misiones, como tener que huir de una drag queen loca por tus huesos, vigilar la ropa interior de una mujer porque hay alguien por el barrio que está robando ropa interior femenina, o que te contraten para una película de samuráis y acabes rompiéndole los huesos a los extras sin que ellos sepan que eres un yakuza.
El propio personaje de Goro Majima es ejemplo de la pérdida del miedo a hacer lo que uno quiere, capaz de ir con un camión al Ministerio de Defensa para protegerte de una horda de agentes antidisturbios mientras llama a Kazuma Kiryu por un nombre cariñoso. Ésto resulta más atractivo que una serie que trata siempre de ser serio y trascendental, porque nunca hay que olvidar que el ser humano es hasta irracional por naturaleza y siempre tiene ideas locas que llevar a cabo, y se nota que en 'Yakuza' lo plasman sin ningún miedo a ser criticado ni a que se rían de ellos, y es digno de admirar.