El 24 de Abril 2016 | 09:18
Otro aspecto que ha cambiado radicalmente y que, en realidad, es una novedad en toda regla. Se acabó que las peleas contra los jefes sean prácticamente lo mismo que cualquier otro momento de la partida solo que con un blanco fijo al que atacar. Aquí la puesta en escena juega en favor de cómo se muestra ante nosotros la escena. Una vez más, volvemos a las reminiscencias cinematográficas, pero es que el séptimo arte está muy ligado a este título.
Precisión a la altura de Kyoto
El manejo de Ratchet es tan preciso que nos recuerda al del bigotudo en sus últimas pericias, además que la distribución de los comandos en el DualShock hacen tremendamente cómodo controlar al dúo que hoy nos acompaña. Es cómodo, luchar es agradable y se ve beneficiado por la tecnología actual: no es un juego del año 2002 portado al 2016.
Y los jefes finales comen aparte, porque la palabra 'satisfacción' se redefine en este género al combatir con algunos de los personajes que también veremos en la película una vez se estrene en la gran pantalla. Sin duda, este apartado es uno de los que más ha mejorado con respecto al original, y es que se juntan aquí todos los puntos comentados hasta el momento.
Los enfrentamientos contra los jefes finales aúnan esa mejora en el control, esa gran variedad de armas así como la forma de ir contando los hechos. Bravo.