El 13 de Diciembre 2016 | 08:20
5. Primera generación (Rojo/Verde/Azul/Amarillo/Rojo Fuego/Verde Hoja)
Y aquí está, la que lo empezó todo, la que nos hizo pensar que recorrer el mundo coleccionando bichos y sacándolos a pelear en combates por turnos era lo mejor de lo mejor. El recuerdo nostálgico de las aventuras por la región de Kanto es algo que difícil se borrará de la memoria colectiva. Evidentemente, se trata de las entregas más importantes porque fueron las que lo iniciaron todo, las que dieron pie a un estilo de juego muy propio (coleccionar bichos) que más adelante se adaptó de la mano de innumerables franquicias, como está pasando ahora con 'Yo-Kai Watch'.
Pero si lo vemos en perspectiva, en comparación con el resto son fácilmente las peores entregas de la saga. Guiándonos por los parámetros de evaluación típicos, la trama es completamente olvidable, el sistema de combate es el más básico y con menos posibilidades (y por ende el más aburrido) y la región de Kanto no tiene prácticamente nada destacable en ella más allá del recuerdo. De hecho, las primeras entregas estaban pobladísimas de glitches, muchos de ellos sobradamente conocidos ahora. Lo que ya no es vox populi es que había una inmensa cantidad de errores en el sistema, como el funcionamiento de los golpes críticos y los problemas derivados de ello, que hacían el juego aún más confuso.
A día de hoy son bastante incómodos de jugar en comparación con el resto de entregas. Si vas a probar la primera generación, lo recomendable es que te decidas por los remakes de Game Boy Advance, pero incluso esos están ya muy desfasados a estas alturas. Sin embargo, si criticamos los dos puestos anteriores por ser demasiado continuistas en un período en el que se esperaban revoluciones, la primera generación está por encima precisamente por lograr justo lo contrario: fueron los verdaderos revolucionarios, los que inventaron la fórmula 'Pokémon', y sin ellos sería imposible lograr lo que la saga ha logrado.
Por no hablar de que la primera tanda de pokémon, los 151 originales, son los más populares y más carismáticos. No los mejores diseñados, ojo, porque cosas como Mr. Mime, Voltorb, o Machamp dejan bastante que desear; pero sí que tenemos a Pikachu, a Charizard y a Snorlax. Y si algo ha demostrado 'Pokémon GO', es que no hay nadie que no recuerde a estos bichejos, cuando solo eran "150 o más".
4. Tercera generación (Rubí/Zafiro/Esmeralda/Rubí Omega/Zafiro Alfa)
Esta es una de las generaciones que se suelen ver en los últimos puestos de rankings del estilo, pero aunque el que escribe estas líneas ha intentado zafarse de cualquier vestigio nostálgico para elaborar la presente lista, lo cierto es que rebajar tanto la tercera generación le dolía demasiado como para hacerlo, por ser la que más cariño suscita en él. Así pues, argumentemos por qué se merece estar en el puesto número cuatro.
Lo primero y más importante, la región de Hoenn. Su rasgo más característico es el verdor que rezuma por doquier. Se trata de un lugar lleno de vida y vegetación. Por primera vez vimos efectos climáticos fuera de juego, como la lluvia y los charcos de agua. Había hasta una ciudad construida sobre los árboles. Y también otra en el interior de un volcán inactivo en medio del mar, porque de variedad no va falta la cosa. Es la región de 'Pokémon' con más zonas de agua, cosa que muchos jugadores odian, pero lo cierto es que se trata de otro aliciente más que hace que Hoenn sea tan apasionante de explorar, porque resulta que también es la única en la que se nos permite hasta bucear en una gran cantidad de zonas.
Y ya si contamos el desierto, o la zona llena de ceniza volcánica, no acabamos. Hoenn es tan variada y guarda tantos recovecos entre su frondosa vegetación que recorrerla es toda una delicia, algo a lo que contribuía también el curioso y divertido sistema de bases secretas. Y los pokémon que la habitan, los más de 130 introducidos en esta generación (todos completamente nuevos salvo dos preevoluciones), la hacen aún mejor. Algunos de los grandes diseños de la saga, como Gardevoir, Milotic, Metagross, o esos tres carismáticos iniciales que son Treecko, Torchic y Mudkip, llegaron aquí. Por no mencionar que se introdujeron por primera vez las habilidades pasivas y las naturalezas en los pokémon, amén de los combates dobles, todos ellos elementos ahora indisolublemente ligados a la saga para siempre.
Parte de esta generación son también los Concursos Pokémon, una modalidad especial alejada de los combates habituales en la que la lógica y la estrategia seguían presentes pero de una forma muy distinta. Casi no se han vuelto a ver en entregas posteriores (estuvieron en la cuarta generación ligeramente ampliados), y es por eso que se relacionan tanto a estas. El cambio de tercio entre tanto combate fue de agradecer.
Pero, ¿qué pasa con el resto? Por desgracia, la tercera generación cuenta con la que probablemente sea la historia más tonta y absurda vista en la serie. Fue la primera vez que se le dio tanta importancia a los pokémon legendarios en el argumento, pero unos villanos con ambiciones desmedidas y para nada creíbles echaron por tierra esa suerte de giro apocalíptico que se marcan al final. En 'Esmeralda' lo mejoran un poco metiendo a Rayquaza de por medio, y en los remakes los diálogos están mejor escritos y añaden además el Episodio Delta, uno de los mejores post-games de la saga, pero eso no quita que la risible actuación de los equipos Magma y Aqua sea muy difícil de tomar en serio.
Una mancha en una generación que por otro lado, en su época, siguió con la estela de innovaciones que inició la generación anterior (aunque quitaron algunas cosas, pero estas volverían más tarde en los remakes). Destacable sobre todo el Frente de Batalla que se introdujo como una de las novedades de 'Esmeralda'. Más adelante lo vimos también en 'Platino', pero el de tercera generación es considerado no solo mejor, sino uno de los mayores desafíos que ha presentado la saga 'Pokémon' en cualquiera de sus juegos. Por lo demás, el agua y las trompetas de Hoenn aún se siguen recordando con cariño.