El 29 de Julio 2015 | 08:18
Dreamcast fue una consola que se caracterizó por el hecho de que en su corta vida nos dejó un catálogo de juegos asombroso que no dejaba de recibir títulos espectaculares mes tras mes. 'Shenmue' llegó dispuesto a dejar pequeño todo lo visto hasta el momento, y a buen seguro podemos afirmar que lo consiguió. Aquellos afortunados que lo probaron en su día fueron testigos de un despliegue de medios sin precedentes. Una aventura enorme donde teníamos la sensación de poder hacer casi cualquier cosa. Hasta el decorado más sencillo del juego podía ser explorado en busca de pistas o elementos que nos ayudasen a seguir la aventura. Cada personaje del juego había sido recreado de manera independiente no solo en su aspecto y personalidad, si no también en su vida cotidiana y costumbres: La señora cotilla del barrio que se enteraba de todo, los niños que jugaban en el parque, el anciano que nos guiaba con su sabiduría... La lista era interminable, cada personaje parecía estar vivo al margen de lo que nosotros hiciéramos durante la partida.
"FREE" o "Full Reactive Eyes Entertainment"
Interactuar con estos personajes era a veces esencial, para que nos dieran pistas clave a fin de poder avanzar. Pero otras veces simplemente nos contaban sus cosas, nos pedían ayuda, o nos entorpecían si no querían que metiésemos las narices donde no debíamos. Si hay una palabra clave para definir el gameplay de 'Shenmue', esa es "exploración". Explóralo todo, cada casa, cada habitación, cada cajón. Habla con todo el mundo, interactúa con todo lo que puedas, pero ten cuidado al hacerlo o te meterás en problemas. Cuando estos problemas se presenten pasaremos a jugar a un juego totalmente diferente, y es esta una de las claves de 'Shenmue'. Por ejemplo podía ocurrir que preguntásemos lo que no debíamos a alguien, y dicho personaje emprendiese la huida. En este caso nos tocaría correr tras él en una secuencia de video, mientras nos asaltaban continuos QTE o "Quick Time Events". Elemento que hoy en día es de sobra conocido y al que 'Shenmue' dio este nombre.
Si bien estos QTE no eran algo novedoso, pues se basaban en clásicos como 'Dragon's Lair'. Si que su introducción en mitad de un juego de otro tipo fue una novedad. Si íbamos corriendo y alguien se ponía delante, un botón saldría en pantalla dándonos apenas unos segundos para pulsarlo. Si lo lográbamos, esquivábamos el obstáculo y proseguíamos la carrera. Pero si fallábamos, tropezábamos y se complicaban las cosas. Normalmente había que fallar varios QTE para fracasar y tener que repetir la persecución, o perder una buena oportunidad para avanzar en la aventura si no había posibilidad de reintentar esa parte. Pero otras bastaba un solo fallo para poner fin a la aventura del protagonista Ryo Hazuki, a veces con nefastas consecuencias. Además de los QTE, también podía ocurrir que nos viésemos en apuros rodeados de matones, y era en estos casos donde los restos de aquel 'Virtua Fighter RPG' quedaban patentes, pues pasábamos a combatir en tiempo real con un sistema prácticamente idéntico al del popular arcade de lucha. Estas peleas podían ser contra varios enemigos simultáneos, por lo que era tan importante saberse los combos y golpes, como saber moverse y esquivar para que no nos rodeasen.
Sin embargo y aunque 'Shenmue' ofrecía un objetivo claro y podíamos jugar yendo simplemente del punto A, al punto B. También se nos ofrecía la posibilidad de explorar libremente cumpliendo otros objetivos o simplemente divirtiéndonos. Por ejemplo si alguien nos había citado al día siguiente a una hora concreta, podíamos hacer tiempo yéndonos a jugar al salón recreativo, pudiendo disfrutar de alguno de los clásicos del propio Yu Suzuki como 'Hang On' y 'Space Harrier', o jugando a algún minijuego. También podíamos coleccionar figuritas de personajes de Sega, comprar cintas de música, o incluso cuidar de una pequeña mascota virtual. 'Shenmue' nos abría todo un universo de posibilidades, pero siempre sin olvidar nuestro objetivo principal, ya que los jugadores más remolones que ignorasen su misión recibirían una desagradable sorpresa si transcurría demasiado tiempo sin que lográsemos completar la aventura. Todo esto aderezado por gráficos espectaculares y una banda sonora insuperable, mientras la trama nos envolvía y nos hacía sentirnos identificados con los personajes.
La variedad de situaciones que se nos presentaba era inmensa, incluso debíamos trabajar y ganar dinero transportando cajas con nuestro forklift en el puerto, no sin antes disputar una curiosa carrera con estas carretillas compitiendo cada mañana con los compañeros de trabajo. Hasta debíamos afrontar partes de sigilo e infiltración, una carrera épica a lomos de una moto, y hasta una brutal pelea masiva contra 70 enemigos. Todo esto y mucho más, dejó una huella imborrable en muchos jugadores. Sin embargo 'Shenmue' estuvo lejos de conseguir las ventas necesarias, lo que complicó y mucho el futuro tanto de la saga, como de la propia Sega. 'Shenmue' costó mucho más de lo que recaudó, y a esto encima había que sumarle el hecho de que su peculiar propuesta no lograse enganchar a todos los jugadores que lo probaban, así como la brutal piratería que sufría Dreamcast en algunas zonas. Quizá suene exagerado, pero 'Shenmue' con sus cuatro discos le dio más dinero a marcas como Princo o Verbatim, que a Sega. Triste pero cierto, y lo peor aun estaba por llegar...