El 22 de Diciembre 2012 | 19:15
En este reportaje nos deberemos trasladar al año 1989. Año en el que un joven Jordan Mechner comenzó a observar a su hermano pequeño dar saltos y correr. Posteriormente esos movimientos serían imitados en el próximo juego que Mechner tenía en mente tras el lanzamiento de 'Karateka', desarrollado durante sus estudios en Yale. Esta nueva aventura en el mundo de los pixels recibiría el nombre 'Prince Of Persia'. Desde aquél momento, lo que se inició como un juego para el Apple II, se convirtió en una saga que ha visitado múltiples plataformas, cosechando más de 17 millones de entregas vendidas, teniendo incluso su propia adaptación a la gran pantalla de la mano de Jerry Bruckheimer. A lo largo de este especial realizaremos un recorrido desde sus orígenes hasta nuestros días, abarcando en su desarrollo desde una pequeña biografía de su creador hasta estas incursiones en la gran pantalla, sin olvidar el legado que ha quedado patente en diversos títulos posteriores.
Jordan Mechner, un estudiante aplicado
Jordan Mechner nació en Nueva York hace ahora más de 48 años. Tras superar los estudios básicos se matriculó en la universidad de Yale para estudiar psicología. Durante estos años de estudio comenzó a mostrar cierto interés por la informática, un interés que rápidamente se unió a su afición por el cine y las artes. Estando en Yale tomó contacto con Apple II. Tras esta toma de contacto decidió gestar su primer videojuego, al que él llamó 'Deathbounce'.
Con el trabajo ya hecho, presentó su obra a Broderbund, que le negaron la comercialización del mismo por mantener muchos aspectos en común con él popular entonces 'Asteroids'. Aunque la primera incursión de Jordan Mechner no llegó a comercializarse con Broderbund, estos quedaron muy sorprendidos por el aspecto técnico que había conseguido implantar en la obra, por lo que le animaron a continuar con algo nuevo.
Mechner continuó alternando sus estudios en psicología con la programación, algo que consideraba un entretenimiento. Estaba decidido a realizar otro proyecto, pero las limitaciones de la época se le presentaban como un inconveniente para llevar a cabo su nueva idea. En este momento recurrió al cine de principios de era, observando que sin necesidad de diálogos ni grandes inversiones podía narrar una historia y ser eficaz técnicamente. Simplemente tenía que encontrar la forma para que el movimiento fuese lo más real posible.
La respuesta la tuvo en su profesor de Karate, que se prestó para que Mechner lo grabara durante sus enseñanzas. Una vez tenía la imagen en video decidió hacer uso de la rotoscopia, a la que podriamos llamar antepasada de la actual tecnología de captura de movimientos. Partiendo de la imagen grabada se dibuja sobre ella, lo que permitía contar con animaciones fluidas y ahorrar procesos en la Apple II, máquina con la que ya estaba familiarizado Mechner.
Con todo este trabajo realizado publicó 'Karateka' en 1984. Nuevamente presentó el proyecto a Broderbund, que en esta ocasión si dió el visto bueno para que esta nueva aventura llegara al mercado. En Estados Unidos fue la propia Broderbund quién se encargó de su distribución, mientras que en Europa se hizo cargo de la distribución Airiolasoft, subsidiaria de la alemana Airiola Records. Un año más tarde, en 1985, se tituló en psicología por Yale, pero el mundo de la programación y los videojuegos seguían captando su atención y decidió involucrarse en un nuevo proyecto al que llamaría 'Prince Of Persia'.
Tras el éxito que cosecha con esta nueva aventura, que rescataba muchos elementos de 'Karateka', contó con el apoyo de un grupo de desarrollo de la propia Broderbund para realizar su secuela, que volvió a recibir la opinión positiva de la crítica, pero que no impactó tanto entre el público, motivo por el que Jordan Mechner dejó descansar la saga, fundó su propio estudio, Smoking Car Productions. Con la creación de este estudio se dedicó por completo a desarrollar una aventura gráfica partiendo de la rotoscopia denominada 'The Last Express'. Este era el último título en el que participaba, ya que en 1997, año de publicación de la aventura gráfica, tanto su estudio como Broderbund cerraron sus puertas.
Después de estos acontecimientos Mechner se centró en su faceta como director y guionista para cine, participando en diversos proyectos entre los que se encuentra la película de su saga más famosa o diversos documentales. Mechner abandonaba así un mundo al que había llegado de casualidad y que en pocos años le había mostrado el éxito y el fracaso indistintamente.