El 24 de Diciembre 2014 | 17:00
Aunque los videojuegos puedan parecer un elemento que aísle a los niños a jugar solos, la verdad es que clásicamente han sido un tipo de ocio que se ha compartido entre amigos. Con las consolas de sobremesa pueden jugar varios niños conjuntamente, y con las portátiles también existen formas de conectarse para que puedan intercambiar experiencias juntos.
Compartir el tiempo de juego con amigos trae después de mayores muy gratos recuerdos, como les ocurre a los adultos que en su infancia jugaban con sus amigos, hermanos, etc. No debemos preocuparnos por la posibilidad de que el niño prefiera estar sólo en casa jugando que en la calle con sus amigos. Precisamente, en esos casos una consola portátil es la opción óptima.