El 7 de Octubre 2018 | 15:40
Con casos cada vez más sonados y escandalosos, el mundo del cine y la televisión siempre ha estado servido de polémica: prácticamente cada semana oímos nuevas noticias sobre papeles misóginos, audiciones racistas y queerfóbicas y los comentarios más insultantes y ofensivos por parte de auténticos ignorantes.
En esa última categoría entra el director, productor y escritor James Gunn, conocido por sus adaptaciones cinematográficas de los cómics de Marvel de 'Los Guardianes de la Galaxia' o la comedia dramática (también de superhéroes) 'Super'. Gunn ha sido el protagonista de uno de los escándalos con más repercusión mediática de lo que llevamos de año, y todo a raíz de unos tweets que publicó hace una década. Pero esta historia va más allá de unos comentarios o unas bromas de mal gusto, y tiene unas graves consecuencias sociales que no deberían pasarse por alto.
La chispa y el incendio
Empecemos por el principio. Hace diez años, Gunn escribió una serie de tweets que hoy define como "intentos fallidos y desafortunados de resultar provocativo". Entre ellos podemos encontrar de forma recurrente temas como la violación y la pederastia, enfermedades e incluso la tragedia del 11 de septiembre, todos ellos tratados de forma cómica. Sin ir más lejos, lo que llamaríamos humor negro. Propio de críos de quince años buscando sentirse adultos, pero por mano de un hombre de cuarenta años. De haber sido escritos hoy en día, no haría falta ningún reportaje al respecto, al igual que no es necesario explicar por qué Roseanne Barr se merecía su despido o por qué Harvey Weinstein debe ir a prisión. Sin embargo, estamos ante unas circunstancias especiales.
Al igual que los niños maduran y la etapa del humor negro se deja atrás, Gunn se dio cuenta él solito de que sus tweets no tenían ninguna gracia, y pidió disculpas en diversas ocasiones por ellos. Esto ocurrió antes y después de que Disney comprara Marvel, e incluso después de que en 2016 estrenara con ambos la primera película de 'Guardianes de la Galaxia'. Es decir, que Disney siempre supo de su existencia.
De modo que la pregunta es: ¿por qué ha decidido escandalizarse y actuar ahora?
Lo que provocó el resurgimiento de los tweets una década más tarde de su publicación no fue otra cosa que los múltiples comentariosde Gunn en contra del actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y sus seguidores. Como respuesta a ellos, usuarios de extrema derecha rebuscaron en la cuenta de Gunn para desacreditarle, y ni qué decir que encontraron una mina de oro. Los viejos tweets del cineasta se extendieron como un incendio descontrolado, tuvieron el efecto que buscaban en la comunidad, y Disney respondió con el despido de Gunn y su retirada del proyecto 'Guardianes de la Galaxia Vol. 3'.
#WalkAwaypic.twitter.com/cI8BdWxedu
— Jack Posobiec ???????? (@JackPosobiec) 20 de julio de 2018
Por suerte, son muchos los que han sabido ver detrás de la polémica y han comprendido lo que ha sucedido en realidad. Este no es otro caso en el que alguien comete un error y se le castiga, sino una opresión por parte de un grupo de fascistas respaldados por Disney Studios. A Gunn no se le respalda por ser un hombre blanco —nadie en su sano juicio aprueba sus bromas—, sino porque, tras comprender y cambiar, ahora es una víctima.
Entre sus activistas más acérrimos encontramos al reparto de 'Guardianes de la Galaxia'. Des del primer día, todos los actores han hablado en defensa de Gunn. Primero, con más sutileza, mediante las citas bíblicas de Chris Pratt (Peter Quill/Star-Lord) o las declaraciones de Zoe Saldana (Gamora) en las que expresa su amor por todos los que trabajan en la saga. Luego con una pasión que roza la agresividad, con los tweets de Dave Bautista (Drax El Destructor) en los que arremete contra la decisión que ha tomado Disney, o la carta abierta que todos los actores han firmado en su favor.
A su vez, muchísimas páginas se han movilizado para recaudar firmas y votos para que la compañía del ratón recapacite e incluso se plantee devolver 'Guardianes de la Galaxia Vol. 3' a las manos de Gunn, pero ya podemos confirmar que eso no va a ser posible. A pesar de que tantísimas personas se han puesto de parte del cineasta, Disney se niega a retractarse. Los contratos impiden a los actores boicotear la película o salirse de ella, algo que se ha rumoreado mucho estas últimas semanas como medida desesperada, de modo que, si bien podemos confirmar que el proyecto sigue adelante, no será ni la sombra de lo que iba a ser en un principio, despojado de su director, del guion original, y de la motivación de sus protagonistas.