El 31 de Marzo 2015 | 19:31
Pokémon X e Y (2013, 3DS)
Y finalmente llegamos a la época actual, la sexta generación. Por fin, la saga da el mayor salto imaginable convirtiéndose en un videojuego en tres dimensiones, con todo lo que conlleva. X e Y nos remontan a la región de Kalos, inspirada en Francia, con un cambio radical de aires. Dejamos atrás esa perspectiva tan adulta de Teselia, acogiendo la belleza y simpatía del país donde abundarán las cafeterías y tiendas de moda. La paleta de colores es sensacional en estas entregas, amén de las capacidades técnicas de Nintendo 3DS.
La expectación que generó X e Y desde que se presentaron en ese ya mítico 8 de enero de 2013, pocas veces se ha repetido. Esta vez el número de nuevas criaturas era mucho menor, la mitad que en otras ocasiones, pero con la diferencia de que esta vez tendríamos las Mega Evoluciones, unos cambios físicos temporales, no irreversibles, de nuestras criaturas durante las batallas, que le daban de nuevo un giro cualitativo en la complejidad de las batallas, la estrategia en su estado más puro.
Los combates son dinámicos, los Pokémon están más vivos que nunca. Es cierto que el motor gráfico puede dar mucho más de sí, pero para tratarse de la primera incursión de la saga en las completas tres dimensiones, el resultado fue muy notable, Después de casi diez años, un nuevo tipo llamaba a la puerta, el tipo Hada. Los dragones terminaban así su reinado que les había situado en la cúspide, con muy pocas debilidades. Del mismo modo, se introducen algunos cambios a raíz del tipo Hada, haciendo que el tipo Acero y Veneno cobrasen ahora más sentido. Son múltiples los cambios, como la personalización de nuestro personaje tanto en apariencia física como en ropa, el Superentrenamiento para poder visualizar y tener control de los puntos de esfuerzo (EVs), etc.
Hay que decir también que son entregas muy desaprovechadas, con una región poco explotada que deja muchas preguntas por responder, motivo por el cual todos esperamos un Kalos 2.0 en el futuro. La dificultad general vuelve a disminuir producto de la llegada de nuevas generaciones y, lo peor de todo, una escasez evidente de contenido una vez nos alzábamos como campeones de la Liga, pues la historia no acompañaba y era demasiado infantil.