El 14 de Junio 2015 | 10:16
Una historia guiada en un recorrido lineal
En tiempos de sandbox y competiciones por ver quién ofrece el mundo abierto más grande, 'The Last of Us' apuesta por todo lo contrario, un desarrollo prácticamente pasillero con zonas ligeramente más abiertas donde poder explorar y buscar los siempre necesarios recursos para continuar la aventura con garantías. Su punto fuerte reside en algo muy diferente como es la obsesión por el detalle, y la contradicción entre un entorno urbano venido abajo, pero al mismo tiempo, invadido por una naturaleza que con la especie humana muy diezmada, vuelve a reclamar lo que es suyo. De esta manera se crean escenarios, urbanos y rurales, de una belleza casi nunca antes vista.
Técnicamente, el juego ya era el techo gráfico de PlayStation 3, siendo su versión remasterizada un auténtico prodigio y sirviendo de ejemplo para este tipo de producto del que últimamente se abusa en el catálogo de PlayStation 4. Naughty Dog ya fue capaz de explotar el hardware de la consola con las dos últimas entregas de 'Uncharted', pero fueron capaces de llevarlo al límite con una historia que sin embargo, carecía de la espectacularidad scriptada de las aventuras de Nathan Drake. Las animaciones contextuales marcaron un nuevo hito para el equipo californiano, presentando un repertorio variadísimo de movimientos a la hora de saltar obstáculos, golpear enemigos o agarrarse a salientes, no sin dejar atrás las expresiones faciales. En un juego de este tipo, donde los sentimientos marcan el devenir de la historia, el trabajo a nivel de captura de movimientos, en el que trabajaron los mismos actores que ponen voz a los personajes, no puede calificarse de otra manera que no sea sobresaliente.
El sonido como un recurso más de arte
La banda sonora de 'The Last of Us' puede calificarse también como sutil, al mismo tiempo que eficaz, siempre en perfecta sincronía con la situación. El argentino Gustavo Santaolalla compone unas piezas minimalistas, donde la guitarra y el violín crean un ambiente de nostalgia y desolación, con temas poco grandilocuentes, pero cuya intención es precísamente esa: no quedar nunca por encima de la acción (o falta de ella), sino complementarla. Lo consigue sobradamente.
Los actores principales elegidos para dar personalidad a Joel y Ellie fueron Troy Baker y Ashley Johnson. El primero es un habitual de los videojuegos, ya que su voz la hemos escuchado en juegos como la saga 'Batman Arkham' (dando vida al Joker o a Mr Freeze), 'Injustice: Gods Among Us' y que próximamente será Revolver Ocelot en 'Metal Gear Solid V: The Phantom Pain'. Baker es un verdadero talento interpretativo con una cantidad sorprendente de registros, capaz de ser creíble en la piel de un personaje maduro como Joel o en la de un chico de poco más de 20 años como Delsin Rowe, protagonista e 'inFamous: Second Son'. Además, curiosamente, también hace sus pinitos en la música, ya que fue colaborador habitual de Akira Yamaoka en sus actuaciones junto a su banda, y el año pasado publicó su primer disco en solitario, "Sitting in the Fire".
No menos solvente es el papel de Ashley Johnson como Ellie, una mujer de 31 años interpretando a una chica de 14, y otorgándole una personalidad y un carácter arrolladores. Ellie es la verdadera protagonista del juego, y Johnson cumple un rol fundamental para que terminemos totalmente encariñados con ella. Seguramente con 'The Last of Us' haya hecho el papel más importante de su carrera hasta ahora, ya que sus actuaciones se limitaban a pequeñas intervenciones en series como "CSI", "El Mentalista" o siendo Gwen Tennyson, uno de los personajes principales de la serie de animación "Ben 10", en cuyos videojuegos también ha participado.
La química en el escenario no solo entre ambos actores, sino entre todo el elenco, queda patente en este sorprendente vídeo en el que interpretan un final alternativo a modo de musical, totalmente improvisado. Lógicamente, recomiendo no verlo si se quieren evitar spoilers: