El 28 de Febrero 2015 | 08:20
El pasado domingo, PS Vita cumplió sus primeros tres años de vida en territorio europeo. Nacida con la idea de rivalizar con los grandes triples A de sobremesa, la portátil de Sony ha quedado relegada a un nicho de indies, pequeños descargables y japonesadas varias, con lo que ese concepto inicial ya ha quedado totalmente olvidado y sería de inocentes pensar que algún día pueda recuperarse. Personalmente, tengo la sensación de que con el tiempo será considerada una consola de culto entre sus poseedores, de la misma manera que lo es hoy en día, por ejemplo, Dreamcast. Lo que quiero decir es que de alguna extraña manera, PS Vita ha sido capaz de satisfacer a sus compradores, al mismo tiempo que no lo ha sido de atrapar a otros nuevos.
Durante estos casi mil días, PS Vita ha tenido que cargar con la etiqueta de "no tiene juegos", y por desgracia, tenemos una industria en la que una vez cargas con una etiqueta así, ya no hay manera de quitártela de encima. O lo que es lo mismo, las posibilidades de redención son escasas, ya estemos hablando de una franquicia, una editora, una desarrolladora, o como en este caso, una consola. Es una especie de aristocracia digna de la Edad Media donde si naces pobre, mueres pobre aunque te hayas enriquecido por el camino, y si naces rico, puedes morir pobre igualmente si lo pierdes todo. PS Vita se incluye en el primer grupo. Cuestión de clases, en definitiva.
Y eso que esta consola vio la luz precisamente para todo lo contrario, y es ser la élite dentro de los dispositivos portátiles. Es eminentemente más potente que su competencia directa, incluyendo un envidiable segundo stick, y que cualquier teléfono móvil, y aunque algunas tablets ya la hayan superado, los controles totalmente táctiles de estas nunca han terminado de convencer al jugador tradicional. O al menos, es la sensación que tengo. En resumen, PS Vita lo tenía absolutamente todo para triunfar en el sector. ¿Qué ha pasado entonces?
Para empezar, y lo más atrevido, creo que quien la ha convertido en lo que es hoy en día ha sido quien irónicamente le está dando vida: Japón. Si PSP triunfó en el país nipón es gracias a la curiosa tradición que tiene esta gente de juntarse en una cafetería y jugar durante horas a un 'Monster Hunter', por ejemplo. Si nos damos cuenta, PS Vita lleva buscando desde sus inicios su propio 'Monster Hunter', con propuestas como 'Soul Sacrifice', 'Freedom Wars' o 'God Eater 2', todos ellos de calidad, pero sin el carisma de la franquicia de Capcom. Finalmente, 'Monster Hunter Frontier G' verá la luz en la portátil de Sony, pero probablemente ya sea demasiado tarde. Los japoneses ya no quieren consolas portátiles.
Me duele reconocerlo, pero el teléfono móvil está empezando a comerse de verdad la tostada de las consolas en cuanto a juego portátil. Las editoras y desarrolladoras han encontrado un filón inagotable de ingresos en el free-to-play, con juegos a coste mínimo con máximo rendimiento económico, y eso ya es un punto en contra. Evidentemente, estas compañías no van arriesgarse a lanzar un AAA para una consola portátil, con un coste de desarrollo mucho mayor, tan grande como el riesgo de recuperar esa inversión. El otro, y no menos importante, es que directamente ya tenemos teléfonos móviles que rivalizan en potencia tanto con N3DS como con PS Vita, y a largo plazo, las superarán ampliamente. Simplemente, ni Nintendo ni Sony pueden equiparar sus inversiones en el desarrollo de nuevo hardware portátil con las que pueden hacer gigantes como Apple o Samsung. Es cuestión de tiempo.
¿Qué le ha faltado a PS Vita para triunfar? Claramente, más apoyo de Sony. PSP tuvo por ejemplo su 'Gran Turismo', y dos entregas sobresalientes de 'God of War', y es algo que PS Vita necesitaba y no se le concedió. No parecía mala decisión otorgarle su desarrollo a otros estudios que no fueran los habituales (ambos 'God of War' corrieron a cargo de los tan de moda Ready at Dawn) y seguramente, con la apuesta financiera necesaria, hubieran sido proyectos con un gran resultado. Cierto es que también ha habido intentos de third parties por poner su granito de arena, pero estos han sido insulsos ('Assassin's Creed III Liberation'), mediocres ('Call of Duty: Black Ops Declassified') o directamente, perdidos en el limbo ('Bioshock'), pero no por eso hay que restarle responsabilidad a Sony.
Sin embargo, es un gran ejercicio el concienciarse de lo que es PS Vita hoy en día, asumirlo, y disfrutarla igualmente. Estaría mintiendo como un bellaco si dijera que jugar indies y pequeños descargables es lo que esperaba de esta consola, pero eso no quita que sea una consola totalmente aprovechable y es más, incluso recomendaría su compra. Esto lo dice alguien que para nada está aprovechando sus funcionalidades con PlayStation 4, pero sigo considerándola como la mejor plataforma portátil de la actualidad. Además se presentan por delante unos meses interesantes, llenos de juegos que también llegarán a la sobremesa de nueva generación, pero que siempre son títulos que gusta más jugar en una consola portátil, tales como 'The Banner Saga ', 'Darkest Dungeon', 'Bastion'...
De momento, me gustaría compartir con vosotros mis juegos favoritos de PS Vita, y por supuesto, animaros a que comentéis los vuestros, algunos que pensáis que pueden faltar, que sobran, etc... La lista es totalmente subjetiva y en estricto orden de preferencia, y formada solo por títulos que he probado personalmente, con lo que seguro veréis ausencias notables. Ahí es donde entra vuestra colaboración.
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