El 7 de Marzo 2015 | 13:59
Voy a ser franco: las Steam Machines me parecen un invento destinado al fracaso. No se puede intentar competir con las consolas, con un procesador Intel i3 de dos núcleos y queriendo sacar un buen margen de beneficio. Estas 3 cosas son incompatibles entre sí.
Competencia muy dura
Valve asegura que, por el mismo precio que una Xbox One o una PlayStation 4, conseguiremos un rendimiento superior. Yo contesto añadiendo un pequeño matiz, rendimiento superior actualmente. Según la generación avance los desarrolladores sabrán sacar un mejor partido a la circuitería de las sobremesa, mientras que los requisitos mínimos de PC terminarán por hincharse dejando a nuestra Steam Machine con componentes de gama baja en la estacada por el camino. Esta es una realidad dura, pero este es el mundo que nos ha tocado vivir.
Es cierto que las Steam Machines cuentan con un gran aliado en SteamOS. El sistema operativo Linux de Valve se supone que aumenta exponencialmente el rendimiento de los juegos si los comparamos con su respectiva versión para Windows. Pero SteamOS sigue en beta y todavía arrastra problemas de compatibilidad graves con algunos componentes. Cuando podamos probarlo como es debido quizás nos convenzan de lo contrario, pero parece que las Steam Machines nacen condenadas a perecer en su intento por cautivar a los jugadores de consola.
Los PC gamers se verán beneficiados con la llegada de Steam OS con un mayor rendimiento, pero nuestras torres son pesadas y no tan cómodas de tener junto al televisor. El problema parece resuelto con Steam Link, un aparato que permite hacer streaming de nuestros juegos hasta la TV para que podamos jugar recostados en el sofá sin tener que trasladar la torre de nuestro ordenador.
La funcionalidad de este cachivache recuerda a las funciones de streaming de la PlaystationTV, pero a una fracción de su precio. Por solos 50 $ podremos hacernos con un Steam Link, pero yo le encuentro un fallo garrafal: parece que solo es compatible con el Steam Controller. De esta forma se nos obliga a pasar por el aro, comprar el mando de la marca, desembolsar un total de 100 $ y dejar en la estacada nuestros mandos ya comprados (varios de Xbox 360 y uno de Xbox One en mi caso). Buenas noticias, pero con margen de mejora.