El 19 de Abril 2018 | 09:35
El poder como telón de fondo
A pesar de que el género de la lucha no brilla por narrativas complejas, el caso de la franquicia 'Tekken' nos viene como anillo al dedo para reflexionar sobre la influencia negativa de padre a hijos. En este caso encontramos no una, sino dos relaciones directas de odio en una misma familia, Heihachi, Kazuya y Jin.
Tal es la relación negativa entre estas tres generaciones de Mishima, que el propio Heihachi lanzó a su hijo a un volcán para acabar con él. Estas acciones tan destructivas influenciaron de forma directa a su nieto Jin, el cual mantuvo el mismo sentimiento con su padre y abuelo.
Sin duda es uno de los ejemplos más claros de una relación paternal conflictiva dentro de la industria del videojuego. Lo que por un primer momento parece un pensamiento positivo, que tu descendencia supere tus actos, se convierte en una lucha por la ambición y conseguir ser el mejor. Esta codicia por ser el número uno convierte unos lazos familiares en uno de los mayores conflictos de la industria del videojuego.
De forma metafórica, podríamos contemplar la parte diabólica de Kazuya y Jin como esa ira originada por su padre/abuelo y cómo estos lo reflejan con ese poder infernal. Lo que aparente ser una historia marcada por fenómenos de otro mundo y lucha sin medida esconde una compleja relación que se podría extrapolar a conflictos familiares de la vida real.
Estos son solo algunos de los casos más populares en cuanto a relaciones negativas y de violencia entre padre e hijos en los videojuegos. La realidad es que este tipo de narrativas son complejas a la hora de enmarcar la narrativa de un título, sobre todo por la actual controversia de que los videojuegos originan violencia en los jugadores, hecho que multitud de estudios científicos han negado.