El 20 de Marzo 2015 | 08:30
Otro tema que está dando bastante de qué hablar estos días es la aparición de Switch, la nueva consola sobre la que Nintendo ya trabaja. No es la primera vez que la compañía habla abiertamente del tema ya que Iwata hace tiempo lo dijo así de claro:
"Desde que lanzamos una nueva plataforma comenzamos a prepararnos para la siguiente. El desarrollo de un sistema lleva varios años. Si nos preguntasen si nos estamos preparando para nuestro próximo plataforma, la respuesta correcta será que siempre estamos desarrollando nuevo hardware".
Seguramente, si le preguntásemos eso a Sony y Microsoft nos dirían prácticamente lo mismo. El desarrollo de una consola está lleno de ideas desechadas por la imposibilidad de implementarlas en el momento del proceso, sin embargo, nunca caen en saco roto, ya que o bien se implementan más tarde o pasan a la siguiente generación.
Por eso me extraña y me sorprende tanto ver tanto revuelo con el anuncio de Nintendo sobre Switch. Muchos han visto claramente cómo la compañía ha admitido su derrota con Wii U y pretende pasar página con una nueva consola que le saque del atolladero, pero creo que esto es bastante descabellado.
El anuncio de Nintendo Switch ha sido hecho única y exclusivamente para calmar al mercado y a los usuarios ya que, de no haberlo hecho se podría llegar a pensar que la compañía se plantea dejar de lado el mundo del hardware para dedicarse a hacer simplemente juegos, comparándola de forma absurda con SEGA.
Las comparaciones entre las dos compañías son bastante desacertadas en este punto ya que si bien Dreamcast, al igual que Wii U, no fue el triunfo que necesitaba la compañía azul para seguir adelante en el mercado de las consolas, la situación económica de las dos es completamente opuesta.
SEGA venía de una Saturn con ventas bastante discretas (apenas unos 8 millones) y el mercado portátil era prácticamente desconocido en esos momentos para ella. Nintendo, se encuentra en el otro lado de la balanza, con una Wii que ha hecho que le salgan jugadores por todas partes (más de 120 millones de consolas) y unas Nintendo DS y Nintendo 3DS que son líderes en su sector, y con mucha diferencia.
Evidentemente no podemos decir que Wii U haya sido la consola con la que soñaba Iwata, al menos en ventas, y él mismo, en unas recientes declaraciones, lo ha terminado de confirmar en una entrevista a la revista Time:
"Realmente no estoy satisfecho con la actual situación [de Wii U]. Puede que no sea la primera elección [de la gente] pero puede que sea la mejor segunda consola".
El anuncio de Switch no implica, para nada, que Wii U pase a un segundo plano, ni muchísimo menos. A Wii U aún le quedan muchos juegos por llegar, y el presidente de la compañía también ha dicho que aún hay juegos que no se han anunciado y que verán la luz muy pronto, refiriéndose quizás al E3.
Además, Nintendo no puede desatender su sobremesa en estos momentos porque, quiera o no, está en el mercado y tiene que sacar dinero de ella. No sabremos nada de Switch hasta el año que viene, como ya han afirmado, lo cual implica que, como muy pronto, hasta rozar el 2017 no tendremos la consola a la venta, aunque mi opinión se estira más hacia finales de ese año (casi 2018) para el posible lanzamiento, y aún así, puede que sea pronto.
Hablamos pues de casi tres años que hay que llenar con juegos, propuestas y, sobre todo, confianza con el jugador, sino, se arriesga a que le ocurra algo parecido a lo que le pasó a Microsoft con Xbox 360 y Xbox One al dejar casi completamente abandonada a su consola durante dos largos años.
Switch está ahí, sí, pero Wii U también, y New 3DS. Y ahora mismo, lo que tiene Nintendo en su futuro más próximo es una cantidad de juegos que parece que van a hacer un buen final de año para la consola que por fin se acerca a los ansiados 10 millones de unidades vendidas.
Todo lo demás, sobre todo el cómo será la consola, (si será la Fusion rumoreada o se centrará en el juego en la nube) son meras especulaciones que se irán desvelando poco a poco. Lo que sí es cierto y palpable es que Nintendo, por fin, ha cambiado su forma de actuar, ha dado su brazo a torcer y ha tomado una decisión que, bien llevada, nos traerá a todos muchas alegrías.
Y esto, viniendo de unos japoneses tan "suyos" como los cabecillas de Nintendo, es mucho, sino, que se lo digan a Miyamoto, que sigue negándose en rotundo a hacer juegos para móviles. Veremos a ver si cambia de opinión.