El 31 de Diciembre 2016 | 21:23
'Narcos' T2
Me voy a dar el gustazo de arrancar con la segunda temporada de 'Narcos'. Llevo escritas unas quinientas palabras de artículo, y esta es la segunda referencia directa a la serie de Wagner Moura. Se me ve el plumero. Lo cierto es que la segunda temporada de 'Narcos' no ha sabido sorprenderme como la primera. No puede, ya conocía de antemano sus cartas. Pero sí es radicalmente cierto que me lo pasé en grande con el empacho de capítulos que me pegué en septiembre. Unas diez horas de metraje para firmar una serie que es en realidad película. Carlo Bernard, Chris Brancato y Doug Miro, conscientes de que Netflix es una plataforma diferente, en la que tendemos al consumo maratoniano, nos presenta un largometraje de varias horas que se permite determinadas pausas para ir al baño y que llamamos serie casi por convencionalismo social.
Si la primera temporada de la serie fue el ascenso del narcotraficante, aquí volvemos a las calles colombianas para el testimonio de su caída. Es bonito en esta segunda temporada de Narcos que la cámara nos acerca con más firmeza a la belleza de las calles Colombianas, de sus barrios, de su vida. De nuevo, el atractivo de la serie es plantear ese cáriz multicultural en la que se mezcla el inconfundible sello americano en la producción, probablemente en esta segunda temporada todavía más marcado, con un equipo de actores latinos, que dotan de una autenticidad a 'Narcos' muy particular.
Desde #Madrid#PabloEscobar les desea una #BlancaNavidad ! ????????????????
— meeeRiilu cosplay (@meeeRiilu) 20 de diciembre de 2016
Best advertising poster ever!! #narcos#netflixpic.twitter.com/DChNOXZsLJ
En el fondo puede parecer una serie más de gangsters, pero en poco tiempo la alzaremos a ese salón de la fama en el género junto a 'Los Soprano', 'Breaking Bad' y, según a quién preguntes, 'Boardwalk Empire'.