El 28 de Agosto 2015 | 18:26
'Metal Gear Solid 3: Snake Eater' es una de las mejores obras de la historia de los videojuegos. Sin más, esa frase serviría para describir el que para muchos es la mejor entrega de toda la franquicia de Hideo Kojima y su equipo. En su tiempo fue revolucionario (como cualquier título de esta franquicia, en realidad) pero quizás sea el único que a día de hoy sigue manteniendo intactas algunas mecánicas y algunas características que bien podrían servir para cualquier juego de hoy en día, a pesar de haberse lanzado en 2004.
Si nos remontamos a ese año, por primera vez en la franquicia la historia no se situaba en el presente (o en el futuro, mejor dicho) ni Solid Snake tenía el protagonismo. En este caso, Big Boss, los años 60 y la Guerra Fría tomaban el protagonismo. ¿Qué nuevas líneas argumentales se iban a crear? ¿Tan importante era el personaje de Big Boss para la historia de Solid Snake? Al final, gracias en parte a esta entrega, la historia de Big Boss y de sus acompañantes ha terminado siendo más rica e interesante que la que en un principio parecía ser principal.
Es complicado hablar de lo bueno y de lo malo de esta entrega. Bueno, en realidad es complicado hablar de lo malo, no de lo bueno. Pero vamos a intentarlo, aunque la cosa quede algo descompensada. El cariño que muchos sentimos por la saga y por este juego en especial es palpable por muchas razones, tanto argumentales como narrativas, así que vamos a intentar adentrarnos de nuevo en la Misión Virtuosa y en la Misión Snake Eater.
Los spoilers están asegurados, así que si no habéis jugado todavía, lo mejor es que dejéis de leer aquí.
- - Introducción
- - Lo mejor
- - Lo peor