El 24 de Septiembre 2016 | 15:38
Hace casi un año, lanzamos un especial de PlayStation VR con todo lo que había que conocer sobre la plataforma hasta la fecha. Como todos sabemos, diez meses es mucho tiempo en el sector de los videojuegos, debido al ritmo acelerado del mismo, por lo que las dudas que se volcaron en aquel especial, al menos algunas de ellas, han sido resueltas por completo o en parte.
Aun así, todavía quedan varias
La primera de esas dudas era acerca sobre el precio final que tendría el dispositivo en su lanzamiento. Por aquel entonces, el mínimo que se rumoreaba giraba entorno a los 400€, y ese es finalmente. El precio que encontramos por el casco de realidad virtual de Sony es de 399,99€. Un precio que, si bien resulta caro, es bastante asequible comparado con sus principales competidoras, HTC Vive u Oculus Rift, cuyos precios se sitúan entre los 899€ y los 699€ respectivamente. Por lo tanto, en este caso, una vez resuelta la duda del precio, las gafas de Sony se colocan como la principal opción para disfrutar de la realidad virtual, al menos por su precio.
La segunda giraba entorno a la experiencia a largo plazo que supondría PlayStation VR, si resulta factible que se enfoque para jugadores casuals, por sus experiencias de juego de corta curación, o más bien, con el tiempo, si está, en realidad, hecha para jugadores más asiduos. Pues bien, como podemos ver la incertidumbre entorno a esta duda sigue en el aire, puesto que debemos esperar a que el dispositivo pase unos meses entre los jugadores y estos reaccionen ante el mismo. Por ahora, todo parece apuntar a que habrá experiencias para todo tipo de jugadores, tanto jugadores casuals como jugadores regulares.
La tercera y última duda de aquel reportaje planteaba una cuestión importante, ¿qué sucederá con respecto a la salud? Nuevamente, nos encontramos aún sin respuesta porque tenemos que esperar a que los jugadores hagan uso de la plataforma. De momento, aunque es verdad que algunas personas han manifestado mareos, muchas otras han afirmado sentirse perfectamente con esta tecnología, por lo que podría tratarse de un problema de costumbre o adaptación.
Ahora, diez meses después, y a diecinueve días de que se produzca el lanzamiento, nos asaltan otras dudas que, irremediablemente, tampoco tendrán respuesta hasta entonces y pasado un tiempo, más o menos prolongado según cada cuestión. ¿Será un éxito? ¿Se asentará como la forma de jugar del futuro? ¿Podría plantearse Sony una reducida de precio?